Economía

¿Qué mató el sueño americano? Por qué los ricos son ricos y el resto debe aceptarlo

¿Qué ha ocurrido con la promesa de que cualquier persona podría tener una vida mejor a la de sus padres, y que la vida de sus hijos sería aún mejor a la suya propia? Para la clase media, el sueño americano no es más que un concepto borroso que hoy solo pueden percibir en las películas.

Hoy, en Estados Unidos, los ricos se alejan cada vez más del resto, dejando a la clase media con la única oportunidad de luchar por permancer donde está, y a los pobres sobreviviendo en una red de seguridad cada vez más desgastada, escribe Rex Nutting, columnista de Marketwatch.

El aumento de la desigualdad de oportunidades vuelve a ser noticia como consecuencia de un documento firmado por el economista de Harvard Greg Mankiw, exasesor de George W. Bush, en una edición especial de la revista Journal of Economic Perspective.

En este documento, titulado Defender el 1%, Mankiw explica por qué el 1%, en referencia al segmento de la población multimillonaria, lo está haciendo tan bien, mientras que el resto lucha por ponerse al día: los ricos son simplemente mejores que el resto. Plantea que son más inteligentes, tienen las habilidades que se demandan en cada momento y tienen instintos más emprendedores.

Pero no solo los ricos son mejores que el resto. El mundo les sitúa cada vez más en su lugar. Los cambios tecnológicos de los últimos 30 años han hecho que sus ventajas sean más gratificantes que nunca. Los ricos realmente se ganan su dinero y cualquier esfuerzo por reducir la desigualdad sería hacernos a todos un poco más pobres, dice Mankiw.

Un montón de expertos han respondido a la tesis de Mankiw, pero ninguno con más eficacia que Josh Bivens y Larry Mishel, del Instituto de Política Económica, piensa el articulista del Marketwatch. Ambos presentaron también un documento en la edición especial de la Journal of Economic Perspective.

¿Importan las habilidades?

En su opinión, no es tanto lo que uno sabe, como el poder que tiene para captar rentas. Es decir, Bivens y Mishel muestran que el aumento de los ingresos de los que forman parte de ese 1% se debe más a la exitosa captación de rentas que a sus propias habilidades y educación.

¿Qué quieren decir los economistas con "rentas"? En pocas palabras, es el ingreso que se recibe por encima de lo que sería necesario para inducir a una persona a hacer su trabajo, señala Nutting.

Bevins y Mishel ponen un claro ejemplo. Probablemente "muchos atletas profesionales de alto nivel seguirían suministrando básicamente la misma cantidad de mano de obra para su deporte, incluso si su salario se redujese en una fracción sustancial, ya que incluso el salario reducido sería mayor que sus siguientes mejores opciones".

Decisiones políticas

Pero además, la investigación de Bivens y Mishel apunta cómo en el comportamiento de las igualdades y desigualdades no solo influyen fuerzas del mercado sino decisiones políticas conscientes -por ejemplo tasas de impuestos más bajas o una menor capacidad de negociación de los trabajadores, entre otras.

¿Ahora bien, quiénes forman parte de ese 1%? Pocos son atletas superestrellas, inventores o artistas. Muchos son ejecutivos o trabajadores de la industria financiera, algunos mediocres en sus puestos de trabajo que, sin embargo, reciben paquetes salariales extravagantes, independientemente de su rendimiento, puntualiza.

Muchos CEO de otros países ganan la mitad por hacer el mismo trabajo. Y se encuentra gente cualificada para dirigir organizaciones complejas sin tener que pagar cantidades desorbitadas, concluye Nutting.

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