
El incremento de la demanda de los países emergentes, especialmente de China, unido a los problemas de producción de algunos lugares han provocado que el precio del pescado y el marisco a nivel global alcance máximos históricos. Salmón, atún, ostras o gambas ven crecer sus precios a nivel mundial en los últimos tiempos.
En concreto, el índice global de precios del pescado que elabora la FAO tocó un nuevo récord el pasado mes de mayo tras subir un 15% respecto al año pasado y batiendo la anterior marca, registrada a mediados de 2011, según recoge el diario Financial Times.
Además, este nuevo hito puede ser superado, ya que la propia FAO ha avisado que en los próximos meses los problemas con la oferta de algunas especies pueden provocar que sigan aumentando los precios.
Hasta ahora, los cambios en la dieta de los chinos ya habían provocado subidas en el precio de algunos cereales y del ganado, algo que ahora está trasladándose a la industria del pescado y el marisco, cuyo valor total de mercado global se estima que alcanzará los 130.000 millones de dólares este año.
El impacto se está notando especialmente en los mariscos, ya que el gigante asiático se ha convertido en un mercado muy atractivo. Por ejemplo, el consumo de ostras y mejillones crecerá un 20% este año.
De hecho, el precio de las ostras se ha más que duplicado en los últimos tres años, y se espera que la subida continúe tras los problemas de Francia, donde un virus ha acabado con parte de la producción.
Precisamente estos dos factores, la demanda asiática y los problemas con la producción de algunas especies, hacen que otros pescados y mariscos hayan marcado también máximos históricos. Es el caso del atún, que ha subido un 12% con un incremento de la demanda para sushi y sashimi que ha coincidido con una menor pesca este año.
También es el caso de las gambas, cuyo precio se ha incrementado un 22% debido a una enfermedad que se ha extendido por el sudeste asiático así como por una menor cosecha salvaje. Otro pescado que ha visto disparar su precio es el salmón, que ha subido un 27% en el último año, aunque todavía se encuentra lejos de sus máximos históricos.
Además, otro factor que puede hacer que suban todavía más los precios son los problemas de la producción en cautividad, con los acuicultores enfrentándose a costes récord para alimentar sus peces.