
El periplo de Antonio Borges como capitán del Departamento para Europa del Fondo Monetario Internacional no estuvo exento de polémica en un momento en que el Viejo Continente tonteaba con un posible colapso, no por lo sucedido en Grecia sino por el posible derrumbe italiano, según apunta Borges a elEconomista.
En estos momentos, según su parecer, la periferia de la eurozona hace los deberes mientras apunta que muchos "subestiman" el compromiso que existe en el euro.
En su opinión, ¿cuál es el estado de la crisis en Europa?
Es obvio que la crisis está disminuyendo. Hay un ambiente general que ya no es de crisis aguda como lo fue el año pasado. En 2011, tuvimos momentos en que pensamos que las cosas iban a acabar fuera de control e iba a ser difícil estabilizar el contexto económico.
Ahora la situación es mucho mejor. Hemos recuperado la confianza de los mercados, en gran medida, por lo que los países han ganado tiempo y están poniendo en marcha las políticas adecuadas. Esto es reconfortante. Dicho esto hay muchos problemas, ya que no hay crecimiento económico en estos momentos. Sin embargo, Europa se está moviendo claramente en la dirección correcta.
¿Cree que las medidas de austeridad han ido demasiado lejos?
Lo que llamamos austeridad es realmente conseguir poner en orden las finanzas públicas para poder recuperar la confianza del mercado. Por lo tanto, en contra de la opinión dominante, no creo que haya muchas otras opciones. O se ponen en marcha las medidas para recuperar la credibilidad o vemos el colapso del sistema.
Eso sí, podemos elegir la velocidad de implementación y dado que ahora estamos en un ambiente más tranquilo, tenemos más tiempo. Los mercados no son tan exigentes como lo eran hace dos años, por lo que este ofrece a los países más tiempo para evolucionar. Países como Italia han hecho lo que era necesario y ahora tiene que centrarse mucho más en el crecimiento económico y las nuevas medidas de consolidación fiscal.
Sin embargo, otros países como España tienen aún un largo camino por recorrer e irán más despacio pero lograrán llegar a la meta.
Hablando de España, ¿cuánto tiempo tardaremos en superar todos los problemas estructurales que tenemos?
El punto de partida de España nace de que los problemas estructurales se han acumulado durante un largo periodo de tiempo. Digamos que durante diez años la economía española iba en la dirección equivocada. España, como Grecia o Portugal, son países que se unieron al euro pero que no abrieron sus economías tanto como deberían haberlo hecho.
No eran competitivas y básicamente pidieron prestado para financiar el gasto interno. Ahora, en España, las exportaciones lo están haciendo muy bien, pero han partido de una base muy pequeña y ahora tienen que seguir avanzando durante unos años para ganar terreno.
¿Ve una corrección en los niveles de paro a corto o medio plazo?
No, en absoluto, al menos de momento. Esa es la última variable que muestra signos de mejora. Así que primero tiene que haber una recuperación de la competitividad, ya que el crecimiento económico provendrá de las exportaciones y entonces se creará empleo. Por desgracia, ésta es la parte más costosa de todo este proceso.
¿Por qué EEUU sigue mostrando dudas sobre la calidad de los activos de los bancos europeos?
En Estados Unidos se suele insistir en aplicar de forma directa e inmediata el precio actual de los activos a la hora de valorarlos (mark to market), algo que si aplicásemos en Europa daría unos resultados devastadores en países como Irlanda o España, etc, donde hubo enormes problemas inmobiliarios. Si nos fijamos sólo en ese escenario extremo, con los precios todavía cayendo, siempre va a haber más pérdidas.
En Europa estamos teniendo un enfoque más gradual para resolver el problema de tal manera que no creemos una nueva crisis y donde el sector financiero apoya algunos de estos precios y se mueve de forma constante en la dirección correcta. Dicho esto Estados Unidos tiene razón en la necesidad de incrementar los niveles de capital que es más difícil de conseguir en Europa pero no debido a la falta de capital.
¿Qué quiere decir con esto?
Hay una gran cantidad de capital en Europa, pero los bancos europeos no les gusta aumentar el capital porque existen estructuras de propiedad, donde los accionistas mayoritarios no quieren ver diluida su participación. Este es el caso que ocurre en muchos países que no quieren implementar aumentos de capital. Por otro lado, un tema del que no se habla lo suficiente es el declive durante años del crédito en Europa, lo que a mi juicio es realmente más perjudicial que la austeridad.
¿Se ha disipado por completo el riesgo de ruptura de la Eurozona?
Sí. El verdadero problema era Italia. En octubre de 2011 no estábamos seguros de que Italia iba a conseguir salvarse. Creo que la mayoría de la gente tiende a subestimar el grado de compromiso que existe en el euro, en particular de países como Alemania. Los países del norte de Europa, que normalmente vemos en una perspectiva distinta a los del sur, están muy comprometidos. El euro es muy importante para ellos y van a hacer todo lo posible para mantenerlo. El único problema aquí es que algunos no toman en serio este compromiso.