El Gobierno holandés ha anunciado este jueves un plan para reducir su plantilla de funcionarios hasta en un 12% en los próximos cinco años. La reducción en la Administración será mayor de lo previsto inicialmente y afectará a entre 12.000 y 18.000 puestos de trabajo.
El Ejecutivo liderado por el primer ministro, Mark Rutte, reelegido en septiembre de 2012, tiene entre sus objetivos reducir el déficit público, aunque sus esfuerzos previsiblemente no evitarán que Holanda incumpla el objetivo del 3% tanto para este año como para el siguiente.
El responsable de Vivienda y Administraciones Públicas dentro del Gobierno, Stef Blok, remitió al Parlamento el miércoles por la noche un proyecto en el que propone la eliminación de entre un 8 y un 12% la plantilla de funcionarios, calculada actualmente en 150.000 personas. Dentro de los nuevos recortes figuran los 10.000 puestos que el Ejecutivo ya había prometido eliminar antes de 2015.
"La deuda pública está aumentando y el déficit presupuestario es demasiado alto", ha alertado Blok, que ve conveniente reducir el gasto de la Administración "a su nivel mínimo".
Holanda, el aliado más importante de Berlín en el impulso de una mayor disciplina presupuestaria, ha caído en su propia crisis económica. El país, que fue modelo durante un tiempo, tiene hoy una deuda notable y una burbuja inmobiliaria que ha terminado por estallar, lo que supone una amenaza tanto para el crecimiento como para el empleo.
Aunque sigue siendo uno de los países más competitivos de la Unión Europea, el desempleo va en aumento, el consumo se ha reducido y el crecimiento ha llegado a un punto muerto.