Economía

Letta defiende un eje París-Roma-Madrid que apueste por el crecimiento en Europa

  • El primer ministro italiano termina su gira europea buscando aliados
El nuevo primer ministro italiano, Enrico Letta. Foto: Archivo

Alianza para el crecimiento con Hollande y Rajoy y garantías sobre el rigor presupuestario a Barroso y a Merkel. Enrico Letta estrena en Europa la destreza de mediador que ya le ha llevado a la cabeza del Gobierno de amplia coalición transalpino. Y tras una semana de gira por la capitales europeas llega hoy a Madrid para sellar un pacto que refuerce el eje para suavizar la austeridad y favorecer las políticas de estimulo a la economía.

El nuevo primer ministro italiano -que acaba de formar Gobierno tras dos meses de parálisis política- sabe que la salida de la recesión es la única manera para tener unida su heterogena mayoría que va de la derecha de Berlusconi a los progresistas del Partido Demócrata, pasando por el centro liberal del antiguo primer ministro Mario Monti. Un tripartido a la italiana que, tras año y medio de austeridad, apuesta por la recuperación como única manera para salir de la crisis política y contener la oposición del Movimiento 5 Estrellas liderado por el cómico Beppe Grillo.

En este camino, sin embargo, Italia no quiere dejar de faltar al compromiso sobre el déficit. De hecho Roma, pese a reclamar más espacio de maniobra para la inversiones, afirma que este año respetará el objetivo de mantenerse por debajo del 3 por ciento. Tanto que el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, "confía" en que Bruselas pueda cerrar el procedimiento sancionador por déficit excesivo contra del país transalpino.

Sólo si Italia mantiene el gasto bajo control y entra en el club de los países virtuosos, tendrá la posibilidad de hacer aquellas inversiones que le permitan estimular el crecimiento. Teniendo además más autoridad para pedir un cambio en las políticas europeas. Por esto Letta, nada más recibir el respaldo del Parlamento, quiso tantear a los socios europeos en una especie de precalientamiento. El partido, sin embargo, se jugará en la próxima cumbre europea de junio, en la que Letta, aliado de Rajoy y Hollande, intentará romper el muro de la austeridad levantado por Angela Merkel.

Entre París y Berlín

La primera etapa de la gira europea de Letta fue Berlín, el socio mayoritario de la eurozona que el próximo septiembre celebrará sus elecciones generales. El hecho de que Italia por fin tenga Gobierno ha tranquilizado a Merkel, pero la cancillera (también por estar en campaña electoral) no ha parecido muy dispuesta a concesiones en materia de austeridad. Merkel reafirmó el pasado martes que los ajustes presupuestarios y el crecimiento económico no son estrategias opuestas, sino "complementarias" en la lucha contra la crisis que sufre países europeos. Y en la rueda de prensa conjunta con Enrico Letta, la jefa del Gobierno alemán volvió a llamar a todos los países de la eurozona "a hacer sus tareas".

Muy diferente el clima en París donde el miércoles Letta estrechó con Hollande una alianza para hacer que Europa empiece a estimular la economía. El líder italiano (que a pesar de una formación moderada y demócrata-cristiana comparte con Hollande la misma familia política europea de los progresistas) ha encontrado en Francia sintonía respecto a la forma de abordar la crisis, puesto que el presidente galo ya ha dejado claro que disiente de Merkel, al propugnar políticas de estímulo al crecimiento que acompañen a las medidas de disciplina presupuestaria.

Tras el encuentro con su homologo italiano Hollande subrayó que los líderes europeos tendrán que dar en el Consejo de junio próximo "señales claras para el apoyo al crecimiento, mediante la coordinación de políticas económicas y (sobre) la unión bancaria, con la que estamos muy comprometidos".

Letta, por su parte, manifestó en la conferencia de prensa que la elección que hagan los líderes europeos en el Consejo Europeo de junio "no es alternativa a la estabilidad presupuestaria". "Se puede hacer con la misma determinación que la que en los últimos años se tuvo con la consolidación" fiscal, seguró el primer ministro italiano.

Roma en busca de credibilidad

Para cumplir con el objetivo europeo y reforzar el eje del crecimiento, Italia tiene que demostrar que es un socio de fiar. Durao Barroso, tras entrevistarse con Letta el pasado jueves, se mostró "seguro" de que pueden "contar" en el "compromiso" de Roma "de seguir el proceso de reformas necesarias para que juntos los ciudadanos europeos sean capaces de hacer frente a los desafíos de la crisis trabajando para la restablecimiento del crecimiento y los empleos".

Ahora Roma tiene que conjugar el control del déficit bajo el umbral del 3 por ciento (el nuevo ministro de Economia Fabrizio Saccomani ha definido ese objetivo como "inaplicable para este año y para los años que vienen") con la política de inversiones y de suavización de la austeridad anunciada en Parlamento. El principal obstáculo es evitar la subida del IVA prevista el próximo mes de julio cuya eliminación por sí misma cuesta casi 5.000 millones de euros.

Uno de los socios del nuevo Ejecutivo, Silvio Berlusconi, insiste en que el nuevo gabinete debiera eliminar el impuesto sobre la primera vivienda introducido por el anterior Gobierno de Monti. Il Cavaliere parece seguir estando en campaña electoral y se empecina en que se cumpla su parte del programa.

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