Economía

Negociaciones en OMC no pueden ayudar actual crisis suba precios alimentos

Ginebra, 15 abr (EFECOM).- Crawford Falconer, negociador jefe del área agrícola en las negociaciones de la Ronda de Doha, afirmó hoy que un eventual acuerdo en el seno de la OMC no resolvería la actual crisis por la escalada de precios de los alimentos.

"La ronda tendrá un impacto positivo en el futuro. Pero no lo tiene con respecto a la respuesta a corto plazo que se necesita en el mundo real, porque aunque logremos las modalidades, van a pasar meses antes de poder lograr el acuerdo completo y años antes de que se implemente", aseguró Falconer.

Tras la reunión plenaria con todos los miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Falconer dijo "Tenemos que tener claro que esto (la Ronda de Doha) es un ejercicio de medio a largo plazo que no tendrá ninguna consecuencia en los próximos meses, por tanto no sirve para solucionar crisis inmediatas".

El negociador jefe, no obstante, señaló que "el reto es hacer este ejercicio (concluir la Ronda) antes de que la agenda política se mueva y la atención se vaya de aquí".

La Ronda de Doha se negocia desde hace siete años con el objetivo de liberalizar el comercio mundial para ayudar a desarrollarse a los países emergentes.

Según Falconer, en el área agrícola se han hecho muchos avances, aunque, a su parecer "obviamente los países aún no están listos para concluir, ni en una posición que puedan satisfacer a todo el mundo".

Por eso, como negociador jefe ha pedido a los países que afinen sus posiciones, antes de pedirle que presente otro texto borrador revisado.

La reunión de hoy fue suspendida hasta el viernes próximo, dado que no todas las delegaciones pudieron hacer uso de la palabra.

Según fuentes de la OMC, los tres temas que más complican el avance de las negociaciones son productos sensibles, productos tropicales y productos especiales.

En relación a los productos sensibles, que son aquellas materias esenciales para cada país y que serán preservadas de los cortes establecidos en la fórmula, la discusión reside sobre cuáles serían los productos sensibles, cómo deben definirse.

Para establecer el sistema de cálculo se creó un grupo formado por Estados Unidos, Unión Europea, Japón, Suiza, Noruega y Canadá, pero estas naciones no han logrado convencer al resto de las bondades del mismo.

Por ello, Falconer pidió hoy a los miembros que decidan si aceptan que esa propuesta de sistema de cálculo sea asumida como tal, sea rechazada o se presenten otras.

Con respecto a los productos especiales, que permiten a los países en desarrollo prohibir su importación para proteger a los productores locales, se presenta el problema de cuales son y en que medida ayuda a unos pero perjudican a otros.

Varios países, entre ellos algunos emergentes como Uruguay, Costa Rica o Paraguay, argumentan que sus productores dependen de las exportaciones y que este epígrafe perjudicará el comercio sur-sur.

El problema con lo productos tropicales, que según la fórmula hasta ahora acordada deberían liberalizarse más que el resto, es que muchos de ellos son productos con preferencias, por tanto, su mayor liberalización beneficiaría a unos, pero dejarían sin efecto los beneficios que otras naciones disfrutan actualmente.

No se espera que ninguno de estos temas sea resuelto a corto plazo. EFECOM

mh/prb

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