
Las investigaciones por supuestos casos de corrupción en tres de las grandes empresas de Italia han perjudicado la imagen del país a tan solo una semana de las elecciones generales. La situación recuerda los escándalos que a principios de los años 90 devastaron la política italiana.
El gigante de la defensa Finmeccanica, la petrolera Eni y el banco Monte dei Paschi di Siena -el más antiguo del mundo y el tercero más grande de Italia- están siendo investigados judicialmente por delitos como soborno a funcionarios y fraude contable.
"Afrontamos algo muy parecido a 'Tangentópolis'", ha señalado este viernes el primer ministro saliente, Mario Monti, recordando el nombre dado a los escándalos de hace 20 años. Tangente significa soborno en italiano.
Las investigaciones llevan en marcha desde hace meses, pero en los últimos días los fiscales han tomado medidas importantes, como el descubrimiento de grandes pérdidas en el mercado de derivados financieros por parte de Monte dei Paschi, un banco próximo al Partido Democrático de centroizquierda que encabeza los sondeos de cara a los comicios del 24 y 25 de febrero.
Además, el consejero delegado de Eni, Paolo Scaroni, fue imputado la semana pasada por las acusaciones de que la subsidiaria de ingeniería Saipem pagó sobornos para conseguir un contrato en Argelia.
Esta semana arrancó con el arresto de Giuseppe Orsi, jefe de la empresa semiestatal Finmeccanica -que emplea a más italianos que cualquier otra, salvo Fiat- por supuestos sobornos para conseguir un pedido de helicópteros en India.
El jueves, cuatro directivos de otras firmas fueron detenidos en otras tantas investigaciones, desde estafa en la construcción de un estadio de fútbol a manipulación de mercados. Entre ellos se encontraba el antiguo director del departamento de finanzas de Monte dei Paschi.
"Vuelve Tangentópolis" tituló el viernes el diario La Repubblica, estableciendo comparaciones con los casos de corrupción política que acabaron con la Primera República y el sistema político establecido al final de la Segunda Guerra Mundial.
"Una semana antes de las elecciones, los ciudadanos se dirigen a las urnas cruzando los escombros de una nueva Tangentópolis", dijo en su editorial de primera página, titulado Pecados de la élite.
¿Investigaciones interesadas?
Cansados de la corrupción, muchos ciudadanos saludarán las actuaciones judiciales, pero ante la cercanía de las elecciones, muchos han identificado rápidamente las conexiones de algunas de las empresas implicadas con ciertos partidos y sospechan si no habrá motivaciones políticas para las investigaciones, un extremo negado por los jueces.
"Finmeccanica lleva 18 meses bajo los focos y de repente hay un arresto", dijo Luca Caprai, fundador de la empresa de pulseras de macramé Cruciani. "Si esto es el principio de una limpieza, será bueno para el país. Pero no me gustaría averiguar que la empresa está pagando por errores que nunca cometió".
Mientras Monte dei Paschi, con sede en Siena, tiene vínculos con el PD, el jefe de Finmeccanica, Giuseppe Orsi, fue designado con el apoyo de la Liga Norte, un aliado de Berlusconi en las regiones ricas del norte como Lombardía.
El millonario empresario, que dimitió hace 15 meses en medio de varios escándalos, censuró a los jueces por perseguir a Finmeccanica, y aseguró que sólo actuó como sus rivales extranjeros para conseguir ventas. Monti, por su parte, calificó el viernes a Berlusconi de "provinciano".
Las empresas en el centro del escándalo, que suponen casi del 30% del índice de acciones líderes de Italia, han sufrido fuertes caídas en bolsa en las últimas semanas.
En dos días, Finmeccanica ha perdido el 11% de su valor después del arresto de Orsi. Políticos del centroderecha han criticado no solo a los jueces sino al Gobierno de Monti, argumentando que los ministros deberían haber reemplazado a Orsi cuando fue investigado por primera vez.
Corrupción
Italia se encuentra en el puesto 72 en el índice de Transparencia Internacional que mide la corrupción en un país tal y como la perciben los empresarios, situada entre Brasil y Bulgaria. Es una de las peores clasificaciones entre los países occidentales avanzados. Francia y España aparecen en los puestos 22 y 30, respectivamente, mientras que Alemania ocupa la decimotercera plaza.
Todos los principales partidos italianos se han visto implicados en escándalos, lo que deja a muchos votantes con la sensación de que poco ha cambiado en dos décadas.
Entre los analistas, sin embargo, existe cierta comprensión hacia la queja de Berlusconi de que se puede estar aplicando una vara de medir demasiado rigurosa para Finmeccanica en Italia que la que tienen sus competidores extranjeros para conseguir contratos internacionales.
"Para empresas como Finmeccanica, la corrupción es en cierto modo el resultado de la globalización; es el precio oculto que una empresa debe pagar para conseguir acceso a ciertos mercados", dijo Stefano Zamagni, profesor de economía en la Universidad de Bolonia. "Es obvio que el daño económico es enorme".
Otros grandes países exportadores también investigan a sus empresas en casos similares sobre corrupción a funcionarios extranjeros para conseguir contratos.
Pero muchos en el mundo de los negocios saludan los esfuerzos de Monti y esperan que el próximo gobierno mejore la reputación del país. En noviembre, el Parlamento apoyó nuevas medidas - algo aguadas respecto a la propuesta de Monti - para aumentar las sanciones por pedir sobornos y otros abusos empresariales.
"El actual gobierno ha conseguido que se apruebe una ley contra la corrupción. Puede que no sea exactamente lo que la gente esperaba, pero aún así es un paso adelante", dijo Sandro De Poli, consejero delegado de la filial italiana del gigante industrial estadounidense GE. "Espero que el próximo gobierno pueda tener mejores resultados".