
La agencia de calificación Fitch mantuvo hoy la máxima nota de solvencia de Holanda, 'AAA', pero rebajó su perspectiva de "estable" a "negativa", tras la reciente nacionalización de la cuarta entidad bancaria del país, SNS Reaal.
Fitch argumenta su decisión debido a los "golpes" sufridos por el apalancamiento -deuda sobre fondos propios- de la economía holandesa.
Uno de los factores que han influido en este cambio es la nacionalización del grupo financiero y de seguros SNS Reaal anunciada por el Gobierno holandés el pasado viernes, que supuso una inyección de 3.700 millones de euros con cargo a las arcas públicas.
La nacionalización no supone, por si sola, un "riesgo suficiente como para degradar la calificación de Holanda", señaló Fitch en un comunicado.
Sin embargo, ésta pone de manifiesto que "algunos problemas del sistema financiero persisten, con tres de los cuatro bancos de mayor importancia teniendo que hacer frente a dificultades financieras serias y necesitando apoyo externo desde 2008".
Preocupación por el sector inmobiliario y la deuda
La agencia de calificación estadounidense mostró también su preocupación por la "rápida" caída de los precios en el sector inmobiliario, en el que se está dando una corrección "más profunda" de lo que había estimado.
"Esto va a seguir pesando con fuerza en el consumo de viviendas y en la confianza de los consumidores", indicó.
Otra de las razones de la agencia para situar en "negativa" la perspectiva de Holanda es que su deuda pública -que prevé que alcance el 77% de su Producto Interior Bruto (PIB)- es mayor que la mayoría de los países que mantienen la 'AAA', "lo que reduce las opciones de políticas fiscales".
Además, Fitch sostiene que la economía holandesa ha tenido un rendimiento "peor" del que había estimado en un inicio.
Entre los aspectos positivos que han llevado a la agencia a mantener la máxima calificación a la solvencia del país, destacan la "economía flexible, diversificada, de gran valor añadido y competitiva" del país, así como su superávit en cuenta corriente positivo y su posición de inversión internacional neta.
La fortaleza de sus instituciones, el historial de políticas presupuestarias "sensatas" y el amplio consenso político y social hacia la disciplina fiscal también refuerza la valoración del país.
Los eventos que podrían llevar a Fitch a rebajar la nota de solvencia de Holanda pasan por el aumento de la deuda pública, el empeoramiento del mercado inmobiliario, la prolongación del estancamiento de la economía y el aumento del paro, y un incremento de las ayudas al sector financiero.
Por contra, la agencia devolvería al país la perspectiva "estable" si se modera la corrección de los precios del sector inmobiliario, se estabiliza la deuda pública y si mejoran las perspectivas económicas de la zona del euro.