Economía

Las obras públicas más desastrosas de Alemania: ¿historia de un engaño político?

  • Der Spiegel recoge algunos plagados de retrasos y costes desorbitados
  • "Los políticos tienden tendencia a engañar al público sobre el coste real"
Construcción del nuevo aeropuerto de Berlin-Brandenburgo. Imagen: Bloomberg

La apertura del nuevo aeropuerto de Berlín, programada en un inicio para finales de 2011, ha sufrido esta semana su cuarto retraso. La debacle de uno de los proyectos de infraestructura más grandes de Alemania va camino de convertirse es un escándalo sin fin con los críticos preocupados por que la capital haya dañado seriamente su imagen. Pero no es el único lugar en Alemania que alberga un proyecto plagado de retrasos y costes desorbitados. Der Spiegel recoge hoy algunos de ellos.

Alemania, respetada en todo el mundo por su eficiencia y por la calidad de sus construcciones y su ingeniería de clase mundial, está recibiendo un golpe a su reputación, dado los problemas que aquejan algunos de sus principales proyectos públicos, señala el semanario alemán.

Bien sea la deslumbrante nueva estación de trenes de Stuttgart, el nuevo aeropuerto de estilo berlinés o la nueva sala de conciertos de Hamburgo, todos los proyectos lucen muy bien sobre el papel. Los costes parecen ser lógicos y los políticos se muestran eufóricos cuando presentan sus grandes planes, haciendo hincapié en la forma en que va a cambiar la región. Y por su puesto no requieren mucho tiempo para su construcción, o al menos eso es lo que recalcan, crítica Der Spiegel.

Pero a la hora de la verdad un plazo da lugar a otro. Ya sea como consecuencia de las protestas, las solicitudes de cargos adicionales u otras demandas, las estaciones de tren, aeropuertos e incluso salas de concierto aún no se han construido. Sus costes se duplican e incluso cuadruplican. La gente se muestra indignada, lo cual puede afectar a la reputacion de toda una ciudad, como ha demostrado ser el caso de Berlín con el enésimo retraso del nuevo aeropuerto internacional. Los políticos siempre están dispuestos a celebrar el éxito de un proyecto terminado, pero cuando llegan los problemas pocos están dispuestos a asumir ninguna responsabilidad, denuncia el semanario.

En muchos casos, los falsos cálculos son deliberados. Werner Rothengatter, investigador en el Instituto de Tecnología de Karlsruhe, ha estudiado los principales proyectos de obras públicas en todo el mundo. Una de sus conclusiones es que hay un patrón similar en las sociedades democráticas, donde los políticos tienen tendencia a engañar al público sobre el coste real de estos proyectos.

Rothengatter argumenta que los sobrecostes rara vez son una sorpresa -con independencia de si se trata del aeropuerto de Berlín o la nueva sala de conciertos de Hamburgo. Durante su investigación, encontró que la mayoría de políticos tratan de que el precio sea lo más bajo posible a fin de obtener apoyo para los proyectos y deliberadamente ocultando los potenciales riesgos. A menudo, los que están en el timón político asumen el riesgo sabiendo que no serán personalmente responsables si los costes comienzan a elevarse.

Los políticos carecen de experiencia

Un problema adicional, señala Der Spiegel, es que los consejos que supervisan estos proyectos suelen estar llenos de políticos que no tienen ninguna experiencia cuando se trata de grandes proyectos de infraestructura, como se evidencia en el caso del aeropuerto de Berlín, donde tanto el alcalde Klaus Wowereit y el Gobernador de Brandenburgo Matthias Platzeck (cuyo estado es también accionista) son miembros del Consejo.

Entonces, ¿por qué asumen estos riesgos? La razón es simple, apunta Der Spiegel. Los políticos tienen miedo de fichar a contratistas generales para ejecutar los proyectos. Los profesionales son capaces de establecer un precio fijo, pero a menudo es mucho más alto que el que los políticos sería capaz de vender a sus electores.

Alemania está experimentando problemas considerables con una serie de grandes proyectos de obras públicas. El Spiegel Online recoge algunos como los anteriormente citados, además del túnel de la ciudad de Leipzig o la línea de metro norte-sur de Colonia.

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