
Tras casi cinco años desde que estallara la burbuja inmobiliaria, las grandes compañías del sector siguen purgando los excesos del pasado: no se venden casas y la actividad comercial continúa en mínimos, muy lejos de los pingües datos de mejores tiempos, como fue 2006.
Un ejemplo, Realia vendió en los nueve primeros meses de ese año 857 pisos (que generaron ingresos por valor de 252,3 millones de euros); la cifra a septiembre de 2012 se reduce a 63 (11,1 millones de euros), lo que empeora el dato de 2011 de 220 transacciones cerradas. A Metrovacesa también le sobran manos para contar las 84 casas comercializadas (en 2006 no había dedos suficientes para las 1.473 unidades que se llegaron a vender).
Y lo que ocurre en la inmobiliaria que preside Ignacio Bayón o en la que dirige el recién nombrado Ignacio Moreno ocurre en el resto de las compañías que lideran el sector. Las pequeñas no dan resultados.
De esta manera, los datos comunicados a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) relativos al cierre del tercer trimestre del año ponen de manifiesto varias conclusiones: que no se venden casas, que las medidas fiscales previstas para 2013 no han hecho el efecto previsto por el Ejecutivo para incentivar las ventas antes de diciembre y que la actividad promotora se queda, de momento, en el olvido. Además, todas comparten la misma filosofía, que pasa por no construir pisos nuevos, sino adelgazar el stock sobrante. El ejemplo de Realia es el ejemplo de Quabit, de Reyal Urbis, de Martinsa Fadesa... El crédito está estrangulado y los más de cinco millones de parados pesan mucho en el mercado.
Con estos mimbres, la inmobiliaria Quabit ha comunicado al organismo regulador su balance de enero a septiembre. Así, mientras en 2011 se lograron poner en venta 334 viviendas, en 2012 la cifra se ha limitado a 91 pisos, con una facturación de 25,6 millones. En septiembre se cerraron dos operaciones; en febrero, abril y agosto, ninguna.
En cuanto a las previsiones de venta para lo que queda del año, fuentes de la inmobiliaria que preside Félix Abánades muestran su confianza en que "las cifras se animen antes de que en 2013 se produzca la subida del IVA del 4% al 10%, y de que desaparezca la deducción". Es la esperanza de todos los empresarios del ladrillo, que han iniciado una carrera contrarreloj para liquidar stock y sanear balances.
El lastre del ladrillo
A finales de octubre, Reyal Urbis se acogía a la ley concursal con un pasivo de unos 4.500 millones. La sociedad tiene ahora tres meses para renegociar su deuda y evitar la suspensión de pagos. Pero los datos trimestrales no parecen un buen reclamo para convencer a sus acreedores.
Así, el grupo presidido por Rafael Santamaría entregó hasta septiembre de este año 113 unidades, equivalente a 34,7 millones de euros. En 2011, se facturaron 73,5 millones por la venta de 295 unidades. Un viaje en el tiempo nos lleva a la desorbitada cifra de 2.399 unidades por ingresos de 622 millones de euros en 2006. Si finalmente no salva el preconcurso y entra en suspensión de pagos, se trataría de la segunda mayor de la historia empresarial española, sólo por detrás de la protagonizada en 2008 por otra inmobiliaria, Martinsa-Fadesa. Tampoco para el empresario Fernando Martín corren buenos tiempos, pese a haber logrado refinanciar sus préstamos.
Durante los nueve primeros meses del año se han realizado ventas por actividad inmobiliaria por importe de 86 millones de euros y cierra el tercer trimestre con 611 unidades escrituradas (entre viviendas locales y oficinas) El 56% de estas operaciones de han cerrado fuera de nuestro país, una tendencia cada vez más frecuente. De hecho, en cuanto a ventas sobre plano, detalla a la CNMV, el grupo ha totalizado 447 unidades que corresponden íntegramente al área internacional.
Desde Colonial se refuerza su postura patrimonialista. Según explica la empresa, "el grupo continúa con la estrategia de reducir progresivamente su presencia, por lo que el stock de viviendas ha disminuido un 38% respecto al mismo periodo del año anterior. Se han vendido 86 casas a través del subgrupo Asentia, que a su vez tiene como principales filiales a Asentia Project y a Riofisa. El stock pendiente de entregar (141 pisos) asciende a 3,3 millones de euros.
En Vallehermoso, en 2011 se vendieron en todo el ejercicio 577 pisos. A septiembre de 2012, sin embargo, las operaciones escrituradas eran 223 y no parece que haya tiempo para mejora los balances antes de las campanadas.