El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha asegurado hoy en una conferencia en Fráncfort que la economía alemana está comenzando a verse afectada por la crisis de deuda europea. Alemania: la producción industrial baja un 1,8% en septiembre.
Draghi dijo que "hasta ahora Alemania pudo eludirse ampliamente de algunas dificultades en otras regiones de la zona del euro", en un acto organizado por los bancos populares y cooperativos en el que se debate el futuro del capitalismo. "Los últimos datos señalan que los acontecimientos de la crisis han llegado a la economía alemana", según Draghi.
Añadió que "Alemania es una economía abierta e integrada, por eso no es sorprendente que una ralentización en el resto de la zona del euro tenga un impacto aquí".
Eso sí, el italiano también mandó algún recado. "Pero se ha mencionado poco cómo afectan los problemas en el conjunto de la zona del euro a la situación financiera en Alemania", dijo el presidente del BCE.
"La debilidad de la economía de la zona del euro hace que los tipos de interés se sitúen en niveles muy bajos. Y la crisis de confianza en algunos de los países de la zona del euro genera flujos de dinero a lugares seguros en Alemania lastrando los tipos de interés aún más", recordó Draghi.
"Los acontecimientos financieros en Alemania son el espejo de los acontecimientos financieros en el resto de la zona del euro. Y esto significa que las medidas para asegurar la estabilidad de la zona del euro en su conjunto también beneficiarán a Alemania", apostilló Draghi.
El presidente del BCE también añadió que "la situación económica débil, combinada con el lento crecimiento monetario, signfica que los riesgos de inflación son ahora muy bajos a medio plazo", y explicó que "nuestras intervenciones no cambiarán esta perspectiva". De hecho, aclaró que el BCE espera que la economía de la Eurozona siga "débil a corto plazo".
Sobre el polémico programa de compra de bonos, el OMT, aseguró que las compras ilimitadas no significa que sean incontroladas, y ha insistido en que el BCE solo intervendrá si los países cumplen las condiciones pactadas.
Draghi defendió que este programa supone una barrera creíble contra escenarios desastrosos. "Nuestras acciones tienen que enviar una señal clara a los mercados de que sus miedos sobre el euro no tienen base".
El presidente del BCE insistió que los gobiernos de la Eurozona tienen que continuar con sus esfuerzos para forjar una mayor unión financiera, fiscal, económica y política. "Las acciones de BCE pueden generar confianza en la Eurozona a corto plazo. Pero solo las acciones de los gobiernos pueden asegurar la Eurozona a largo plazo".