El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha afirmado ante el Congreso que la necesidad de recapitalizar las entidades financieras de forma directa genera menos preocupación que en junio, cuando se celebró el anterior Consejo Europeo, aunque ha reconocido que le gustaría una mayor rapidez en el proceso de creación de la unión bancaria. Siga en directo la sesión de control al Gobierno.
"La evaluación de la banca española ha determinado que la recapitalización es de 40.000 millones de euros, es decir, menos preocupante que en junio", señaló.
Así se ha pronunciado durante su primera intervención en la Cámara Baja para dar cuenta del Consejo Europeo celebrado los días 18 y 19 de octubre. Según explicó, en aquella reunión se avanzó en la forma concreta en que se llevará a cabo la recapitalización bancaria, un tema "muy importante" porque si se hace bien, "se dará una señal de confianza en la moneda común", lo que "será beneficioso para todos" los Estados miembros.
Así, Rajoy ha explicado que tras conocerse la evaluación de Oliver Wyman sobre las necesidades de capitalización las entidades financieras españolas, "el tema de la recapitalización directa es menos preocupante que en junio, cuando se desconocía esa evaluación".
Lenta unión bancaria
Especialmente, ha precisado, a la hora de profundizar en la integración europea en materias como la unión bancaria, que ya cuenta con una "buena" propuesta concreta para conseguir una supervisión única. "Algunos hubiéramos preferido un proceso más rápido", admitió.
De todas formas, considera que se ha logrado un avance "ineludible" desde junio, cuando se aceptó estudiar la propuesta antes de final de año, mientras que ahora ya se ha acordado la aprobación de la iniciativa dentro de este ejercicio para empezar a aplicarla en 2013.
Este aplazamiento, sin embargo, supuso un duro revés para España, ya que la unión bancaria era la condición indispensable para que la ayuda pública a los bancos se realizase a través del MEDE, el fondo europeo de rescate permanente, en lugar de a través del FEEF. De esta forma, los fondos recibidos no computarían como deuda para el Estado.
Con respecto a la unión económica y fiscal, Rajoy ha reconocido que las posturas son "variadas y contradictorias" y que la posición de los Estados que no pertenecen al euro difiere mucho de la postura que mantiene el Gobierno español, pese a lo cual está "relativamente satisfecho" con los acuerdos.
"La Unión Europea se mueve, aunque a un ritmo que a algunos nos puede parecer desesperadamente lento. Europa se mueve y España, en la medida de sus posibilidades, sigue impulsando todo el proceso de reformas y consolidación de la UE", ha zanjado el presidente.
Por otra parte, aseguró que es necesario un equilibrio entre las medidas de austeridad y el crecimiento, ya que hacen falta "medidas para impulsar el crecimiento y garantizar la estabilidad para que la consolidación fiscal dé sus frutos".