Economía

¿Y qué obstaculiza el rescate de España? El FMI pide meter a Italia en el paquete

  • Las negociaciones podrían estar entrando en la recta final

El rescate de España se da por hecho pero sigue sin aclararse el cuándo y el cómo. La petición de ayuda está sumida en un embrollo diplomático que retrasará el desenlace, ya que Alemania y el BCE se mantienen reticentes mientras que España, con el apoyo de Italia, Francia y el FMI, parece dispuesta a pedirla. La clave, cómo no, serán las condiciones asociadas. Y eso lo ha recordado hoy el presidente de Francia.

Además, y para teminar de rizar el rizo tras meses de dimes y diretes, parece que la operación de rescate no será inminente, algo que el propio Mariano Rajoy tuvo que asegurarle en privado a Angela Merkel ante las expectativas creadas y la euforia de los mercados, según The Wall Street Journal (WSJ).

El Gobierno español sorprendió ayer martes al filtrar su voluntad de pedir una línea de crédito para conseguir que el BCE actúe en el mercado de bonos y reduzca la prima de riesgo. Un cambio de postura que escondía también un órdago porque la fuente del ministerio de Economía señalaba que no usarían el dinero y que la petición no conllevaría exigencias adicionales. "Si la zona euro lo rechaza, el euro se acaba. El día siguiente sería un desastre", señalaba el oficial español.

Algunas voces del partido de Angela Merkel recordaron ayer que cualquier tipo de ayuda implicaría condiciones, pero se mostraron abiertas a la opción de ayudar a España, lo que animó a los mercados y disparó la renta variable. Sin embargo, hoy, fuentes del Gobierno alemán señalan al WSJ que España no ha hecho ningún movimiento y que Rajoy y Merkel mantuvieron ayer una conversación telefónica en la que el presidente español le aseguró que no pedirá ayuda de forma inminente.

Las preocupaciones de Alemania tienen una doble vertiente. Por un lado, creen que la solicitud de ayuda por parte de España provocaría que los inversores pidieran después la cabeza de Italia tras unos meses de calma en el mercado. Y por otro lado, en clave interna, el Ejecutivo germano teme la reacción de su parlamento porque aún no se han resuelto los casos de Grecia y Chipre. La idea sería abordar todos los rescates juntos.

Mientras, España quiere estar segura de que todos los socios europeos aceptarán ayudar antes de hacer una petición formal de rescate, ya que un 'no' podría desatar el pánico en los mercados. Además, los temores de España, con una profunda crisis interna, pesan en el ánimo del Gobierno porque las consecuencias de un rescate supondrían un revés político muy importante en plena tensión independentista. Y la historia reciente de los rescates en Europa muestra que ningún gobernante ha durado mucho tras pedir ayuda.

Así las cosas, la clave de la negociación está en las condiciones que vendrán asociadas al rescate español, que llegará sí o sí. La decisión de Moody's de anoche, que no rebajó el rating de España a bono basura en un auténtico indulto temporal, da más tiempo para seguir maniobrando. Mientras, España y Alemania se pasan la pelota como si jugaran un partido de tenis que no termina nunca pero cuyo resultado se conoce de antemano.

Dentro de las condiciones, según publica la agencia Reuters, se incluiría una reforma del sistema de pensiones que rompa la indexación con la inflación, algo que algunos economistas ven como insostenible.

Hoy, fuentes alemanas han filtrado que España tiene que decidir si recurre o no al fondo de rescate y que no debe esperar que Alemania guíe el proceso. Sin embargo, también se ha confirmado que las preparaciones técnicas se estan haciendo, aunque ambos país todavía tienen.

Italia, ¿problema o solución?

Mientras, el FMI se ha descolgado y pedido que el rescate no llegue solo para España, si no que incluya también a Italia.

En una entrevista con el diario italiano Il Corriere della Sera, el economista jefe del fondo, Olivier Blanchard, ha defendido que Italia y España necesitan un plan que incluya garantías para que sigan financiándose en el mercado al tiempo que siguen adelante con su ajuste fiscal.

"En el corto plazo, sería vital disponer de un plan para los dos países", expresó Blanchard. "Esto incluiría no sólo un proceso continuado de ajuste dentro de los países sino también una garantía de que puedan financiarse. Esto tendría la condición de que se adhieran a sus compromisos. Estamos casi allí pero todavía nos falta para llegar a ese punto", agregó.

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