
El Gobierno de Mariano Rajoy ha encontrado la fórmula mágica para activar la compra de bonos del Banco Central Europeo (BCE). Según anunció ayer a medios extranjeros, España ya está lista para pedir el rescate empleando la línea de crédito que Bruselas ha puesto a su disposición. Eso sí, ni tiene prisa por hacerlo ni necesita el dinero.
De acuerdo con varios medios internacionales, que citan a una fuente oficial del Ministerio de Economía, España no precisa fondos del mecanismo de rescate europeo, pero "se sentiría cómoda pidiendo una línea de crédito", con lo que cumpliría el requisito impuesto por el BCE para que éste active su programa de compra de bonos.
"Línea de crédito virtual"
Como explicó recientemente Benoit Coeure, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, el instituto emisor está dispuesto a poner en marcha la compra de bonos soberanos en cuanto Moncloa firme un acuerdo con Bruselas y sin esperar a que el dinero del MEDE sea desembolsado de forma efectiva. "Lo que el BCE buscará será un programa de asistencia del FEEF o el MEDE para asistencia preventiva con una posibilidad de compras en el mercado primario", aseguró Coeure en una entrevista concedida a Reuters.
Esta opción, según apunta el Financial Times, es válida para el Gobierno español, que quiere evitar a toda costa el estigma que supondría la solicitud de un rescate completo. "España preferiría la segunda opción disponible en el nuevo rescate acordado: la línea de crédito, que contempla que el fondo de rescate solo concede el dinero si es necesario", recoge el estadounidense Wall Street Journal citando a la fuente del Departamento que dirige Luis de Guindos.
"Se podría decir que es una línea de crédito virtual", añade, que permitiría rebajar los actuales costes de financiación del país a niveles manejables. Una cota que el Gobierno habría situado en torno a los 200 puntos básicos para la prima de riesgo, según se aseguraba este fin de semana. "El día siguiente a la petición de rescate, el interés de los bonos soberanos españoles podrían caer hasta 1,5 puntos porcentuales", afirma la fuente oficial al WSJ.
Sin prisa
Llegados a este punto, "que supone un movimiento significativo desde el verano", según apunta el FT, la petición formal de dicha línea de crédito está siendo aplazada solo por factores externos al país.
En concreto, hace referencia a la necesidad de evaluar cómo impactaría a otros países de la región, como Italia, y a evitar posibles perjuicios. La falta de acuerdo entre las autoridades españolas sobre cómo minimizar la repercusión negativa sobre el "endeudado país transalpino".
También siguen pesando las presiones por parte de algunos socios europeos, como Alemania, para el retraso del Gobierno de Rajoy para recurrir a la ayuda del BCE.
"Desde luego, no se prevé llegar a ninguna conclusión esta semana", señalaron desde Economía. Y apuntaron a que, si bien hay tiempo para dar el paso, lo que no hay son más opciones: "Si la zona euro lo rechaza, el euro se acaba. El día siguiente sería un desastre" en los mercados en todo el mundo.
"Circunstancial"
Por ahora, el Ejecutivo ha dejado claro que quiere asegurarse de cuáles serán las condiciones bajo los que el supervisor tenderá su mano y que la relajación de la prima de riesgo de los últimos días concede margen para esperar y concretar los términos. Rajoy solo pedirá el rescate si la prima de riesgo se desboca.
"El Gobierno no considera que deba hacer ningún movimiento inmediato", asegura la citada fuente de Economía, que insiste en que España no hará ningún uso de los fondos que habilite Bruselas. "La línea de crédito no es fundamental, es circunstancial; solo la condicionalidad es clave", aseguró al diario británico.
En este sentido, destaca que España accedería a firmar las condiciones que se plasmasen en el papel a través del MoU (Memorandum of Understanding) del rescate, pero descarta que a efectos reales se vayan a exigir "reformas significativas" adicionales, aunque no se cumplan los objetivos de déficit.