
La prensa extranjera sigue mostrando la cara más dura de la crisis en España: hoy es el turno de los problemas que están atravesando las ciudades pequeñas de áreas rurales. La agencia Bloomberg utiliza a Écija, población de la provincia de Sevilla, como ejemplo.
El repotaje comienza personificando la situación en dos desempleados, Antonio y Francisco Rodríguez Álvarez, que un día más acuden a la oficina de desempleo sin ningún éxito.
Antonio cuenta su historia, los problemas de dinero que provocaron su separación y como se está planteando ir a Francia a la vendimia. Su hija, de 22 años, planea emigrar a las Islas Canarias en busca de un empleo en el sector turístico. "La gente joven está dejando la ciudad. No hay esperanza, no hay empleo. Los días son largos. Te levantas, la crisis. Te acuestas, la crisis. Es siempre lo mismo", se lamenta.
Contraste entre el campo y la ciudad
Bloomberg se centra en el contraste entre las protestas callejeras de las grandes ciudades como Madrid y Barcelona y la "desintegración silenciosa" de las áreas rurales.
Écija, con 40.000 habitantes, ve como su tasa de divorcios y de emigración se dispara, mientras que "el orgullo del crecimiento de cuatro décadas ha sido sustituido por la amargura del colapso de una economía basada en la construcción y la especulación inmobilaria cuyos restos del naufragio vagan profundos en el corazón de la tierra española", explica la agencia.
"El milagro económico español fue ciencia ficción", defiende Javier Madero, arquitecto de la ciudad andaluza. "No creo que volvamos nunca a ser lo que éramos. Es la primera vez que los hijos van a vivir peor que sus padres en España".
En Écija, el desempleo se ha disparado hasta el 30% después de que las fábricas de muebles que servian al desarrollo inmobiliario cerraran, explica Juan Wic Moral, alcalde de la ciudad entre 2003 y 2011.
"Hace cuatro años queríamos construir una piscina pública de 3 millones de euros, un ayuntamiento nuevo y tres puentes. En estos tiempos hablamos de un nuevo comedor de beneficiencia", añade para enmarcar la dureza del cambio sufrido.
El reportaje traza la imagen de Écija como ejemplo de boom alimentado por la construcción, que una vez pinchada la burbuja no tiene nada sobre lo que sostenerse. Desempleados que dejaron los estudios para trabajar, tiendas vacías y cerradas, población obsesionada con la prima de riesgo, familias viviendo del subsidio de 400 euros...
"Hace cinco años, esto era una ciudad más feliz y la gente sonreía más", concluye Antonio Rodríguez. "La gente salía de casa, los bares estaban llenos. Hoy en día, la gente se queda en casa".