
El reportaje fotográfico se publicó el 12 de septiembre, pero no ha sido hasta hoy cuando ha adquirido relevancia gracias a las redes sociales. Son quince fotografías en blanco y negro que intentan hacer un resumen de la crisis y que dibujan un país caótico y en retroceso bajo el título "España, austeridad y hambre". Samuel Aranda, ganador del World Press Photo 2011, firma unas instantáneas que han generado un intenso debate.
Familias desahuciadas, jóvenes rebuscando en la basura y comedores sociales son algunas de las imágenes que el diario ha incluido en un reportaje que retrata a España como un país pobre y retrasado.
En una de ellas se ve a una familia asomada a la ventada con un texto de acompañamiento que reza "la familia Aliu y López mira por la ventana en su casa de Viladecavalls esperando la llegada de la policía. Alfredo Aliu y Montse López no pueden pagar la hipoteca de su casa desde hace dos años porque su cafetería quebró".
A continuación aparece un joven rebuscando en un cubo de basura y junto a la imagen se lee "el desempleo entre la gente jiven se cifra en el 50%". En otra instantánea se ve a un grupo de hombres desolados en "un comedor en Girona, donde el gobierno local ha anunciado que va a poner candados en los contenedores de basura para impedir que la gente en busque de comida".
Las marchas y protestas del SAT, el sindicato andaluz de trabajadores, ocupan varias de las fotografías del reportaje de The New York Times. Y junto a una de ellas puede leerse que España sigue "el mismo camino que Grecia con la introducción de una medida de austeridad tras otra, recortes de empleos, salarios, pensiones y beneficios, incluso cuando la economía continúa contrayéndose".
El reportaje también aporta un dato de Caritas que afirma que el 22% de los hogares españoles está viviendo en la pobreza y que 600.000 personas no tienen ningún tipo de ingreso.