Economía

'La Roja' da un respiro a los bares, pero no impulsa el PIB

"Nos habéis dado una alegría a toda España. Estamos orgullosos porque sois buenos jugadores cada uno y como equipo sois formidables (...) Con el trabajo se consiguen estos resultados". Fue la felicitación ayer del Rey Don Juan Carlos tras recibir a la Selección nacional de fútbol en el Palacio de la Zarzuela. Y no le falta razón. La felicidad por el triunfo en la Eurocopa ha desbordado las calles de las ciudades y pueblos de toda España.

Miles de personas, ataviadas con banderas y camisetas de la Roja, recibieron a los campeones en la madrileña Plaza de la Cibeles. "Estamos orgullos de la selección por su fútbol y su calidad humana", aseguraba desde Sevilla el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

La felicidad de los aficionados es incuestionable. Pero, ¿de verdad servirá la cosecha de la triple corona -dos Eurocopas consecutivas y un Mundial- para impulsar a nuestra maltrecha economía? En una entrevista con la agencia Efe, el premio Nobel de Economía Paul Krugman hizo un especial hincapié en que la felicidad que siente la población con un acontecimiento de este tipo "puede ayudar a que se gaste un poco más" y se experimente mayor "autoconfianza".

Informes dudosos

De hecho, cada vez que llega una Eurocopa o un Campeonato del Mundo aparecen estudios que cifran el impacto sobre la economía del vencedor y se habla de un crecimiento de hasta el 0,7 por ciento del PIB. Pero, hasta ahora, todos los datos lo desmienten. En 2008 se habló ya de esa cifra, cuando España conquistó el título bajo las directrices de Luis Aragonés, pero lejos de cumplirse los pronósticos, la situación económica en España fue empeorando.

Dos años después, con motivo del Campeonato del Mundo de Sudáfrica, el banco ABN-Amro publicó el estudio Soccernomics 2010, que volvía a hablar de un crecimiento de 0,7 puntos. Y el resultado fue que, en lugar de eso, nuestra economía cayó ese año un 0,1 por ciento y el paro siguió aumentando de forma imparable. Como parece también que puede pasar esta vez. Porque una cosa es la alegría de los aficionados y otra muy distinta lo que pueda ocurrir con la bolsa o la prima de riesgo.

La victoria sí que parece haber tenido, sin embargo, un impacto claro en las cuentas de los bares, restaurantes y locales de ocio nocturno. De acuerdo con las primeras estimaciones realizadas, la Federación Española de Hostelería (Fehr) calcula que el domingo, con motivo de la gran final y la victoria por 4 a 0 ante Italia, sus ventas se dispararon un 40 por ciento.

Tan sólo en Madrid se calcula, por ejemplo, que bares, terrazas y pubs pueden haber ingresado alrededor de unos 20 millones de euros tan sólo durante las tres semanas que ha durado la Eurocopa de Polonia y Ucrania, entre el pasado 8 de junio y el 1 de julio.

Los expertos y analistas consultados apuntan, en esta misma línea, que es posible que el consumo interno pudiera reactivarse. Pero sería sólo en sectores muy determinados y durante un espacio muy breve de tiempo. Estaríamos hablando otra vez de la hostelería y de bebidas como la cerveza, al margen claro esta de la venta de camisetas, uniformes oficiales de la selección y banderas.

Impacto sobre la marca España

Parece también evidente en esta misma línea que se produzca un cierto impulso a la marca España, aunque no sólo ya por este triunfo sino, posiblemente, por los últimos logros deportivos. Eso podría beneficiar al turismo y a la hostelería, sobre todo si los éxitos continúan a lo largo de los próximos Juegos Olímpicos que se celebran este verano en Londres.

Aunque resulta complicado cuantificarlo, según un estudio realizado por KRC Research, el triunfo en el Mundial de Sudáfrica ante Holanda fue equivalente a una campaña de marketing para la promoción del país de un importe de hasta 14.000 millones de euros. La fuerte presencia del país en los medios de comunicación de todo el mundo puede ser de una gran ayuda para la promoción interna y atraer turistas.

De momento, lo único claro que como dijo ayer el portero Pepe Reina nada más aterrizar en Barajas y, convertido horas después una vez más en auténtico showman de la fiesta, es "que toca divertirse y a celebrarlo con la afición". Por eso, tras visitar a los Reyes y los Príncipes de Asturias en Zarzuela, el autobús de la Roja se encaminó por las calles de Madrid hasta la fuente de la diosa Cibeles.

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