Holanda no celebrará elecciones generales al menos hasta septiembre, después de que ayer su primer ministro Mark Rutte y el gobierno en conjunto dimitieran, según publica la televisión pública NOS en su web.
El partido socialdemócrata PvdA, el segundo mayor partido, retiró su apoyo hoy para unas posibles elecciones en junio y quiere que se pospongan hasta después de las vacaciones de verano. En Holanda, para celebrar elecciones debe haber una mayoría en el Parlamento.
El PvdA, con solo un asiento menos que el liberal VVD, hasta ahora en el gobierno, está debatiendo si se une al campo que defiende tener un déficit del 3% en 2013.
Retrasar las elecciones podría poner todavía más en duda la voluntad y la capacidad del país, siempre muy crítico con la periferia europea, de cumplir con los compromisos con Bruselas.
El primer ministro holandés, el liberal Mark Rutte, presentó ayer oficialmente su dimisión y la de todo su Ejecutivo a la Reina Beatriz después de que las conversaciones con sus socios de gobierno para realizar una nueva ronda de austeridad fracasaran durante el fin de semana.
En un discurso ante el Parlamento pronunciado este martes, Rutte ha apelado este martes a la oposición para que acuerde con el Gobierno una serie de recortes presupuestarios que pongan fin al actual "inmovilismo", ya que "no es bueno para Países Bajos".
"Los problemas son serios, la economía está estancándose, el empleo se encuentra bajo presión y la deuda pública crece a un ritmo mayor del que el país se puede permitir", ha enumerado Rutte.
Tras siete semanas de negociaciones, los liberales y democristianos, socios de Gobierno, habían pactado un nuevo paquete de ajustes por valor de 15.000 millones de euros. Sin embargo, perdieron el apoyo de los antimusulmanes y euroescépticos de Geert Wilders (PVV), necesario para sacar adelante las medidas, desencadenado una crisis política en el país que ha culminado en las nuevas elecciones.
Los nuevos ajustes se consideran necesarios para rebajar el déficit público hasta el 3% del producto interior bruto (PIB) que exige Bruselas en 2013.
Los últimos pronósticos indicaban que el déficit holandés sería de un 4,6% el próximo año si no se aprobaba un nuevo paquete de medidas, que Holanda tiene que presentar a la UE el próximo 30 de abril.
Según Wilders, la retirada de su apoyo responde a que su partido no está dispuesto a "seguir los dictados de Bruselas" si eso significa que personas como los jubilados holandeses pierdan poder adquisitivo.