
El Catedrático de Estructura Económica de la Universidad Ramón Llull ha vuelto a realizar una análisis exhaustivo de la situación en la que se encuentra España después de las previsiones lanzadas la semana pasada por el FMI. Ante estos datos, el economista propone varias posibles soluciones que puede acatar el país para superar la crisis.
Después de repasar todos los datos clave que el FMI puso sobre la mesa - el crecimiento español no superará el 2% hasta el 2017, la deuda seguirá su tendencia ascendente y las exportaciones continuarán teniendo un "ritmo famélico"-, el experto pone de manifiesto que lo único que le sucede a España es que "está muy enferma".
Para Niño Becerra esto "se manifiesta en su déficit porque su economía no muestra signo alguno de recuperación: la tendencia es una seguir 'estancadamente en declive', explica en su artículo de La Carta de la Bolsa, al tiempo que aclara que "sus posibilidades son verdaderamente muy reducidas debido a que ni crece para atender su enfermedad ni puede crecer lo suficiente para nutrir su recuperación".
"En resumen, la imagen que se forma en mi cerebro cuando veo estas cifras sobre España es la de uno de esos esqueletos que debía haber sido un edificio y de los que nuestra geografía está hoy repleta" continúa el economista.
En este sentido, señala que con la situación actual, lo más sencillo es que le echemos la culpa al Gobierno "cuando otro tampoco tendría ninguna opción". Por ello, lo que el economista quiere dejar en evidencia es que "España, haciendo cosas por su cuenta, lo único que va a conseguir es morirse toda ella (todos los países, pero España antes porque está peor)".
Un futuro para España
El economista tiene muy claras las dos prioridades que tiene el país: superaligerar la deuda total y limpiar los bancos de forma conjunta. "España tiene mucho que decir y que hacer aquí. Y sí habrá gente que no cobrará lo que se les debe, pero de todos modos hoy ya no cobra" destaca.
Asimismo, el experto recomienda que se debe hacer un inventario de recursos y de puntos fuertes que tiene la economía y después, "hay que decidir algo crucial: que como no hay recursos para todo y el café para todos se acabó, lo que supone centrar esfuerzos y recursos en aquellas zonas con auténticas posibilidades, en aquellas actividades con auténtico futuro, en aquellas compañías que puedan desenvolverse solventemente en un escenario de escasez".
"Esto implicará cosas: agrupaciones de municipios, segregación de territorios, planificación de necesidades, intervención y regulación de decisiones" apunta el experto, para quien la idea es muy sencilla: "no hay de todo para todos de forma continuada, luego es imprescindible que lo que haya sea utilizado de la forma más eficiente. Empiécese a trabajar por aquí, lo del déficit se resolverá sólo", sentencia.