
La ministra de Empleo, Fátima Báñez, ha explicado en el Pleno del Congreso que el recorte de 1.500 millones de euros en la partida de políticas activas de empleo no repercutirá sobre los planes del Gobierno para contener la destrucción de empleo. "No sólo es cuestión de dinero, sino de gestionar mejor los recursos. A veces a golpe de talonario tampoco se consiguen mejores resultados. ¿Hay que gastar más? No, hay que gastar mejor", señaló.
En una interpelación del portavoz de Empleo del PNV, Emilio Olabarria, la ministra ha apuntado que el año pasado se gastaron 7.300 millones de euros en políticas activas de empleo y, sin embargo, el Paro se incrementó en 577.000 personas, "incumpliéndose además el compromiso de déficit" y "sin asomo de esos brotes verdes que quedaron en agujeros negros que hoy hay que tapar con austeridad".
Así, ha explicado que ahora toca "hacer más con menos" y garantizar que "cada euro se gasta lo mejor posible y tiene resultados en la incorporación real al mercado de trabajo", citando datos de una encuesta entre 600.000 participantes en cursos de empleabilidad que apuntan que "no todas las políticas activas son eficaces".
Más realismo
De esta manera, el Gobierno pretende "afrontar la situación con responsabilidad, realismo y compromiso", lo que pasa por "asignar prioridades", punto en el que el Gobierno ha preferido "limitar el gasto en políticas activas para no tocar las dos líneas rojas del corazón del Ministerio: las prestaciones por Desempleo y las pensiones".
Así, ha invitado al resto de grupos parlamentarios a indicar de qué otras partidas se podrían conseguir esos 1.500 millones y ha defendido que los recortes no afectan a todas las partidas presupuestarias de su departamento y que, por ejemplo, los programas troncales de fomento del empleo se mantienen mientras que las bonificaciones por contratación se incrementan y reorganizan para "orientarlas a los colectivos con mayor dificultad para introducirse en el mercado laboral".
Además, se perseguirá una mayor eficiencia mediante la reforma de la gestión de las políticas activas de empleo y dotando de más libertad a los gobiernos autonómicos para que las "hagan políticas más flexibles y adaptadas a las necesidades del tejido productivo" de cada región.
También se mejorarán los sistemas de evaluación de las medidas, se buscará una gestión más "transparente", se "impulsará la competencia en la prestación de los servicios formativos" para mejorar la concurrencia, se promoverá la formación continua, se vincularán más las políticas activas y pasivas de empleo, se hará frente al abandono temprano de la escolarización, se "premiará" a las comunidades que mejor gestionen los recursos y se "sumarán los esfuerzos del sector público y el privado" en materia de colocación.
Mejorar la empleabilidad
Báñez ha apuntado que "mejorar la empleabilidad de los españoles" para reducir las listas del Paro es el objetivo que persiguen todas las medidas del Gobierno, incluyendo las reformas estructurales como la laboral, el Plan Anual de Empleo, el Plan de Empleo Juvenil o el plan de control del fraude fiscal que el Consejo de Ministros aprobará esta semana. "Todas las decisiones del Ministerio van a hacer posible que cuanto antes haya empleo y que sea de calidad", ha insistido.
Sobre las críticas a los Presupuestos de 2012, la ministra ha insistido en que son "extraordinarios para una situación extraordinaria", lo que supone aprobar "medidas duras y difíciles" que no gustan a nadie.
"A nosotros no nos gusta tener que tomar decisiones de ajuste. Es mucho más fácil vivir en el confort de gastar y gastar, pero eso no lleva a ningún lado. Nos toca ser estoicos porque la gestión del Gobierno anterior ha sido caótica. Es ingrato hacer ajustes y ser austero, pero es lo que hay q hacer. Cuando se hipoteca el presente y el futuro con una política despilfarradora y cobarde no quedan muchas alternativas. La austeridad para este Gobierno no es una opción, es una obligación", ha afirmado.