Economía

Rajoy, decidido a endurecer los ajustes para ganarse a los mercados

El presidente de Gobierno, Mariano Rajoy. Imagen: Archivo

No percibe ni sombra de fracaso. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no ha interpretado los resultados de las urnas andaluzas y asturianas en clave negativa. Al contrario, precisamente le llevan a endurecer su política de ajuste y reformas, necesaria para que España remonte la crisis y recobre la credibilidad ante Europa y la confianza de los mercados que nos financian. Un ajuste imposible o por qué España no puede cumplir con los objetivos de déficit.

Esas medidas anticrisis no son un "capricho", aducía ayer Rajoy desde Seúl, adonde ha acudido para participar en la II Cumbre de Seguridad Nuclear. "España no se puede quedar parada", añadía, sabedor de que las reformas no producen efectos ipso facto y es preciso darles tiempo. Además, salió al paso de las críticas del primer ministro italiano, Mario Monti, según el cual España es una fuente de preocupación para Europa. "Yo nunca haré declaraciones de ese tipo", dijo Mariano Rajoy. Como buen gallego, practica el sostenella, pero con el propósito de sí enmendalla. En consecuencia, quiere ahondar en las medidas que sienten los mimbres para remontar, y cuya articulación vendrá definida en los Presupuestos que saldrán este viernes del Consejo de Ministros, con la austeridad como bandera.

El PSOE no es un obstáculo

Por eso, se apunta como un tanto el histórico avance del PP en Andalucía, el mejor balance tras unos comicios autonómicos en la región, y felicita al candidato popular, Javier Arenas. No en vano, el que vuelva a gobernar el PSOE andaluz no le supone en absoluto un obstáculo al Ejecutivo central para apretar las tuercas del ajuste. No encontrará oposición, en clave electoralista, dentro de su propio partido.

Así que, paradójicamente, es la ocasión perfecta para tratar de desmantelar el entramado de subsidios y privilegios que transfieren sistemáticamente fondos del norte al sur de España, según fuentes próximas al Gobierno. Rajoy no puede permitirse flaquear con las medidas, y por eso va a endurecerlas. En ese sentido, sabe que sólo tiene una bala en la recámara. Porque únicamente con la convicción y la determinación necesarias para los sacrificios en forma de recortes y reformas podrá blandir los éxitos de haber reconducido la economía española desde la deriva a la senda de crecimiento.

Por eso interpreta en clave nacional el status quo, aunque el Comité Ejecutivo Nacional, que analizará los resultados electorales, no tiene previsto reunirse hasta el próximo 2 de abril. "En política no siempre consigue uno el cien por cien de los objetivos que se propone", defiende Rajoy. Pero sí puede rentabilizar la situación de modo que tener un Ejecutivo de distinto signo en Andalucía le capacite para disciplinar a una región presupuestariamente díscola, la única que discurrió a contracorriente en el último Consejo de Política Fiscal y Financiera, negándose a embridar sus cuentas, pero que sin embargo es una receptora de subsidios y prebendas que, como el PER, levantan ampollas sin ir más lejos en Cataluña, cuya perenne queja por percibirse aportante neta y la reciente petición de un pacto fiscal le asegurarían a Rajoy, si se ablandara, un frente que puede ahorrarse si enarbola la austeridad.

Las cuentas del superajuste

Una austeridad que será el espíritu de los Presupuestos Generales del Estado que el Gobierno envía el viernes a las Cortes y que incluyen fuertes recortes a los ministerios y a la inversión pública, aparte de -según se prevé- medidas por el lado de los ingresos. Se ha descartado tocar el IVA, y el IRPF ya se ha subido de forma temporal, con lo que el candidato es Sociedades, cuya recaudación se ha desplomado en la crisis. Se esperan medidas no de alza de tipos impositivos, sino retoques que eliminen o rebajen deducciones y beneficios fiscales.

El presidente del Congreso, Jesús Posada, anticipaba ayer que el Proyecto de Ley de Presupuestos será "duro" porque "no queda más remedio" que cumplir con el 5,3 por ciento de déficit. No dio detalles, ni cerró la puerta al copago sanitario, pero insistió en que es "inevitable" que contenga medidas drásticas, de las que "no gusta tomar a los políticos". Es la única vía "para no ir a un desastre", aseguró Posada, quien insistió en que el Gobierno está "determinado" a llevar a efecto su plan.

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