
Las seis grandes entidades financieras critican los embates del Gobierno contra el sector, que dice sentirse "chivo expiatorio", y creen que la reforma de De Guindos provocará probleas de difícil solución.
A las grandes entidades del país no les gusta la reforma financiera del Ejecutivo y el rechazo a la misma se fundamenta en la creencia de que las provisiones exigidas a la banca son muy elevadas, según recoge El País en un artículo en el que también se afirma que los bancos también creen que deberán aportar mucho dinero al Fondo de Garantías de Depósitos y que no ven claro el futuro de las ayudas públicas a través de bonos convertibles en acciones por la falta de compradores.
Existe preocupación por el hecho de que hay demasiadas entidades en situación delicada, en gran parte por la exigencia de provisiones, a las que le será difícil encontrar compradores sanos, aun con ayudas públicas.
Según el diario de Prisa, los máximos responsables de BBVA, Santander, Popular, Banco Sabadell, Caixabank y Bankia han instaurado una serie de reuniones periódicas a instancias del consejero delegado del Santander, Ángel Sáenz, en las que comparten opiniones y actúan como lobby de presión ante Gobierno y Banco de España.