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Economía

Los expertos piden más control sobre la prestación por desempleo

  • El actual sistema de protección no está bien dimensionado

Podría ser la última oportunidad política del Gobierno para llevar a cabo una reforma laboral. Un cambio profundo y radical que nuestro mercado de trabajo necesita para zarandear la economía y que ésta vuelva a reactivarse.

Los expertos consultados por elEconomista hacen referencia a las prestaciones por desempleo. El exsecretario de Estado de Seguridad Social Octavio Granado cree que "la reforma exige claramente que se pueda trabajar sobre la base del sistema de desempleo y protección al empleo" porque "no está bien dimensionado". De hecho, denuncia que "hay quien lo pasa mal y no tiene recursos" al tiempo que es "desincentivador para algunos trabajadores".

En este sentido coincide con Rafael Pampillón, catedrático de Economía de la Universidad San Pablo CEU, lamenta que hay parados que prefieren cobrar el subsidio por desempleo, por lo que pide más dureza a la hora de demostrar que los parados buscan empleo, van a las entrevistas. Además, advierte del peligro de que las personas se amparen en la prestación por desempleo, pues no se reciclan y después les cuesta más reincorporarse al mundo laboral.

Desde su experiencia, Carlos Martínez, director general de IMF, explica que entrevista a personas a las que les compensa económicamente cobrar el paro antes que aceptar un puesto de trabajo. Por eso, igual que Granado, ve positivo compatibilizar empleo y prestación por desempleo.

Abaratar el despido

En cuanto al abaratamiento del despido, Fernando P. Méndez, miembro del Consejo Editorial de elEconomista, considera que debería rebajarse a 20 días para quienes decidan despedir y hasta los 10 días cuando la empresa alegue causas objetivas. Méndez liga este asunto con el de los convenios colectivos. En su opinión, debe primar el convenio de empresa, pero eso es algo que hay que hacerlo unido al abaratamiento del despido porque de lo contrario "no sirve de nada".

Martínez, por su parte, es más flexible, pues cree que el despido improcedente debería bajarse hasta los 33 días, sin embargo, cuando se hace porque la empresa va mal económicamente, la indemnización debería ser "nula o simbólica".

Pampillón, por su parte, defiende un contrato único, "que no es inconstitucional", con una indemnización de 20 días. En cambio, Granado lo ve "irrelevante". "Me parece más útil discutir que haya una parte del salario vinculada a la productividad", asegura.

En cuanto a la negociación colectiva, Pampillón es drástico: "Hay que descentralizarla" porque no se puede someter, sobre todo a las pequeñas y medianas empresas. En esta línea, Granado considera que poderse descolgar del convenio colectivo no es positivo para la reputación de la compañía. Al tener que alegar motivos económicos, puede interferir, por ejemplo, en las relaciones con los proveedores. Méndez va más allá y es partidario de terminar con la ultraactividad, pues "eleva las rigideces al infinito.

En cualquier caso, hoy se conoce la reforma "menos negociada de la democracia" para el exsecretario de Estado, quien avisa de que si lo que se pretende es lanzar un mensaje a los mercados, "tendremos una regulación cortoplacista".

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