Los expertos del Instituto Nacional para la Investigación Social y Económica (Niesr) vaticinan un año delicado para la economía británica. Según aseguran en un informe publicado hoy, el Reino Unido entrará en recesión en la primera mitad de 2012 y cerrará el ejercicio con una contracción del PIB del 0,1%, una previsión bastante alejada de los pronósticos de Londres, que espera un crecimiento del 0,7%.
Según explica el think tank, el país se enfrenta a una caída de la demanda y de la confianza empresarial, que se ve empeorada por la duradera restricción de crédito, el aumento del desempleo y el reciente coste de la vida. Todo esto, añaden, en el contexto de crisis de deuda soberana de la zona euro, que está lastrando la economía británica.
Ante esta situación, el Gobierno británico debería tomar medidas para impulsar la demanda y reactivar el crecimiento, que según el Niesr consistirán en recortes temporales de impuestos o en elevar el gasto público, iniciativas que van en la dirección opuesta a las recomendaciones europeas de ajuste y austeridad.
Reino Unido, que se alzó el pasado mes de diciembre en contra del rumbo europeo al quedarse fuera del pacto de la UE para reforzar la disciplina fiscal en la Eurozona, ya encalló en el último trimestre de 2011. Entre octubre y diciembre del pasado año, el Producto Bruto Interior (PIB) británico cayó el 0,2% con respecto a los tres meses anteriores, cuando la economía había crecido un 0,6%.
El dato fue peor de lo que se esperaba: los analistas consultados por Bloomberg habían previsto de media una contracción del 0,1%.
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