Afirmar que Kosovo es independiente es faltar a la realidad. Se desgajó de Serbia el domingo. Pero es absolutamente dependiente de la ayuda internacional y de las remesas de sus emigrantes. Según los datos del Consejo de Ministros de la UE , el club de los 27 países europeos ya ha parcheado con 2.000 millones de euros las carencias económicas y administrativas del país para evitar un nuevo foco de caos en los Balcanes occidentales.
La portavoz del comisario europeo de Ampliación detalló ayer que el presupuesto comunitario tiene previstos "un poco más de 1.000 millones de euros" adicionales para el periodo comprendido entre los años 2007 y 2010. Esta partida debería apuntalar el desarrollo socioeconómico de la zona; financiar la misión de 2.000 juristas y policías que desplegará la UE para garantizar el Estado de Derecho; y la autoridad de la comunidad internacional para tutelar este protectorado y evitar derivas de los poderes públicos kosovares. La guinda de las ayudas la pondrá la conferencia de donantes que, previsiblemente en junio, organizarán de manera conjunta el Banco Mundial y la Comisión Europea.
La UE está una vez más dispuesta a pagar los platos rotos en los focos de conflictos internacionales. Pero vuelve a dividirse: las primeras potencias (Alemania, Francia, Reino Unido e Italia) anunciaron ayer que reconocerán en breve a Kosovo como Estado independiente pese a la rabieta de Serbia y de Rusia; y España está entre los que sólo acepta intervenir por motivos humanitarios y para garantizar la paz.
La contradicción de Moratinos
El Gobierno español asegura que el desmembramiento de Serbia no tiene nada que ver con los independentismos catalán, vasco y gallego. Pero su ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se aplicó ayer a fondo en Bruselas durante la reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la UE asegurando que la independencia de Kosovo es tan ilegal como la guerra de Irak. Moratinos logró que la UE declarara de nuevo que Kosovo es un caso sui generis; y que reafirmará su defensa del principio de integridad territorial de los Estados, aunque en este caso lo obvie.