El Gobierno de Pekín cree que la época de fuertes crecimientos de dos dígitos del PIB está llegando a su fin, mientras que la inflación se mantenga alta por un plazo prolongado. Para el último trimestre de este año sitúa el avance de su economía por debajo del 9%, un ritmo que se mantendrá a lo largo del próximo ejercicio. De media, prevén que el PIB crecerá en torno al 8,5% en 2012 y que el IPC se situará en el 5%.
Así lo anunció hoy Yu Bin, alto cargo del Centro de Investigación del Desarrollo del Consejo de Estado, el Ejecutivo chino, al término de una reunión de tres días para delinear la planificación económica para 2012 en la segunda economía mundial.
"Creemos que China se está acercando al final de su periodo de crecimiento elevado", señaló esta fuente, por lo que a partir de ahora el país asiático mantendrá un aumento del PIB más lento, "un crecimiento relativamente moderado" comparado con la media anual del 10% que había mantenido en el periodo comprendido entre 1978 y 2010.
En el lustro comprendido entre 2011 y 2015, el actual plan quinquenal, el PIB chino crecerá entre un 7 y un 8% anual, un avance considerado "justo" por Pekín, dada la situación económica mundial. "Hay diferentes razones para esta desaceleración, algunas personas creen que es sólo temporal, debido al impacto de la crisis en EEUU y Europa", explicó el funcionario.
En cuanto a la inflación, Yu indicó que adoptarán una "política monetaria prudente" e indicó que la presión al alza en los precios persistirá como resultado de múltiples factores, como los altos costes y la inflación importada de los mercados internacionales.
"Tenemos que afrontar el problema del alza de los precios de los productos agrícolas e incrementar los salarios de la mano de obra, con el objetivo de ajustar la distribución de ingresos y el consumo", explicó el funcionario.
Impulsar el consumo
En este contexto, la presión inflacionaria existirá por un largo periodo de tiempo y tenemos que ser más tolerables a esta inflación, ya que de producirse una situación deflacionaria que alcanzara el 3%, China perdería competitividad, aseguró Yu.
Los esfuerzos de Pekín se centrarán a partir de ahora en un reajuste estructural centrado en "eliminar las distorsiones institucionales" y equilibrar el motor económico desde "la inversión y la industria secundaria hacia el consumo interno", aseguró Yu.
El Ejecutivo chino cree que el gasto local se incrementará a lo largo de 2012 y para ello intentará estimular el aumento de los ingresos de los grupos más desfavorecidos, en especial los campesinos que habitan en las áreas rurales.
Al mismo tiempo, China intentará mantener la estabilidad social, a pesar de que el alza de precios es uno de los motivos de descontento entre la opinión pública.
No obstante, las crisis europea y estadounidense afectará al crecimiento de las exportaciones chinas, que el año próximo desacelerarán hasta un crecimiento medio entre el 10 y el 20%, por debajo del registrado estos años, que superaba el 25%. En plena recesión, "que las exportaciones chinas crezcan a un 10% no es un dato negativo", opinó Yu.