
Pese a los acuerdos alcanzados la semana pasada para refundar la Unión Europea, un gran número de expertos y economistas alertan de un desastre inminente. Para todos ellos, 2012 se perfila como un año horrible. Pero el economista estadounidense Barry Eichengreen, profesor de la Universidad de California, Berkeley, prefiere distanciarse de tanto catastrofismo.
A su juicio, 2012 no será uno de los peores años de la crisis, pero tampoco será el año en que llegarán a su fin los actuales problemas económicos. Simplemente será un ejercicio más, un año de paso.
Los mismos expertos y economistas citados con anterioridad comparten la opinión que 2012 será el año del todo o nada para la Eurozona. O bien se producirá un salto cualitativo en la integración europea, con la creación de una unión fiscal y la puesta en marcha de eurobonos, o bien se producirá la desintegración de la Eurozona, causando la madre de todas las crisis financieras.
En un artículo publicado en Project Syndicate, Eichengreen asegura, sin duda, que el colapso de la Eurozona sería una calamidad económica y financiera. Pero por ese motivo, piensa que el Banco Central Europeo superará su reticencia e intervendrá de forma más contundente en el mercado de bonos italiano y español. De esta forma, los gobiernos de ambos países aprovecharán ese "respiro" para completar las reformas que el BCE exige a cambio.
El economista estadounidense opina, además, que Europa no se ahorrará el dolor de una nueva recesión. De hecho, anticipa un fallido plan de recapitalización bancaria y más incertidumbre sobre el euro. Por otro lado, las reformas necesarias en pro del crecimiento impulsadas en países como Italia harán que las cosas empeoren antes de que ellos consigan que vaya a mejor. Sin embargo, los inversores mirarán hacia adelante: las reformas que prometen un eventual retorno al crecimiento debería tranquilizarles.
El escenario más probable
Si bien es poco probable que la Eurozona colapse en 2012, apunta Eichengreen, seguirá el debate relativo a la supervivencia del euro, por que no habrá un salto cualitativo en la integración europea. A su juicio, la revisión de los tratados requiere tiempo, y más su ratificación. En su opinión, los esfuerzos para fortalecer las reglas fiscales de Europa, por ejemplo, tomará la forma de acuerdos bilaterales entre los gobiernos, en lugar de cambios en el Tratado de Lisboa.
¿Qué ocurrirá en Estados Unidos?
Si bien los datos más recientes sugieren que la economía estadounidense va a mejor -todo apunta a que el PIB crecerá a una tasa anualizada del 3% en el cuarto trimestre de 2011- es importante no dejarse llevar, apunta Eichengreen. Más cuando el apoyo fiscal para la expansion económica continuará siendo retirado.
Por eso es más que probable que la aceleración del crecimiento de la primera economía del mundo, que comenzó en el tercer trimestre de 2011, se frene. Y si ese parón es significativo, la Reserva Federal de EEUU podría responder con otra ronda de flexibilización cuantitativa, un QE3. Eso sí, el país evitará una recesión de doble caída.
Mientras Europa está obligada a encontrar la manera de crecer, Estados Unidos debe superar su estancamiento. China, por su parte, necesita equilibrar su economía -cambiado su motor de crecimiento desde la construcción y las exportaciones, al consumo de los hogares.
Por su puesto, si nada de todo eso ocurre en 2012, realmente 2013 sí podría ser un auténtico "annus horribilis", sentencia Eichengreen.