Economía

La agencia europea de calificación no cuenta con participación española aún

Más de un analista, economista y experto en esto de la macroeconomía lleva tiempo preguntándose por qué los desvelos de inversores y gobernantes dependen, desde hace un tiempo, de un puñado de letras y unos cuantos señores que trabajan en despachos de Manhattan.

Desde esas oficinas, agencias de calificación como Moody's, Standard & Poor's y Fitch prácticamente deciden los designios de los países calificando su deuda soberana. Si eres bueno, te doy la triple 'AAA'; si cometes errores, te bajo la nota y a ver cómo reaccionan los mercados.

Ya lo decía el exministro Josep Borrell hace unos días en este periódico: "Las agencias no debieran exigir, sino valorar. No son jueces. Sarkozy no duerme pensando que le quiten la triple A. Les hemos concedido un poder exagerado, es un oligopolio que habría que desmontar, pero hace dos años que lo decimos...".

Pues bien, a las agencias estadounidenses parece que les va a salir un competidor a este lado del Atlántico. Hace apenas unos días, Markus Krall, socio responsable del Proyecto de la Agencia Europea de Rating en la consultora Roland Berger en Alemania, fue el encargado de explicar esta iniciativa durante una visita a Madrid en busca de inversores.

Diez millones por socio

La consultora lleva trabajando en la creación de esta agencia, formada por 30 socios (bancos, entidades financieras, gestoras de fondos y consorcios de compensación) -aunque por el momento ninguna española está entre las comprometidas- de las que esperan recaudar en conjunto unos 300 millones de euros para constituirla y que empiece a funcionar durante el segundo trimestre del próximo año.

La idea es que cada socio aporte unos 10 millones, que serán devueltos en el plazo de cinco años mediante la absorción de excedentes. "Aún no contamos con socios españoles, apenas estamos empezando a tener conversaciones", dijo.

Hasta el momento, han empezado a reunirse con potenciales inversores en Alemania, y prevén hacerlo en Austria, Grecia, Suiza, Italia y España, donde han detectado a cuatro posibles candidatos, con los que aún no se ha cerrado el acuerdo. "Pero gran parte de los 30 inversores ya está confirmado", aseguró aunque sin dar nombres.

"Nos planteamos un modelo de non-profit, basado en los mecanismos de los bancos de Basilea II. Así, reducimos los costes y garantizamos la máxima transparencia", afirmó Krall, quien dejó claro que esta agencia está impulsada por el sector privado, negando que detrás esté el Banco Central Europeo o cualquier institución pública. "La iniciativa privada es la única forma de garantizar la independencia", insistió.

Y eso que Nicolas Sarkozy declaró hace tiempo que apostaba por una agencia pública... "Ya sé que se ha hablado mucho de este tema, pero creemos que si hay participación de lo público se darán conflictos de intereses. No se trata de favorecer a los países periféricos, por eso se ha tomado esta decisión", dijo. Y recordó la reacción "airada" del Gobierno francés cuando S&P le quitó por error su triple A. "Nuestro proyecto no puede permitirse un fallo de este tipo", dijo.

Cuasi monopolio

Por eso, dijo, nace esta agencia, para evitar errores de este tipo y que "tanto hemos criticado". "¿Se han fijado en el accionariado de Standard & Poors y Moody's? ¡Es casi idéntico! Es un cuasi monopolio que no emite productos, sino opiniones. Y deberían haber visto algunos indicios sobre lo que estaba pasando en los países periféricos", añadió.

Pero a pesar de las críticas al funcionamiento de las agencias estadounidenses y a la insistencia con la separación de lo público, su sistema de pago requiere necesariamente de conversaciones con políticos. Ya que serán los usuarios los que paguen por el servicio -y con ello, dice Krall, se garantiza la independencia de las valoraciones- los cambios exigen un cambio en la normativa que debe ser consensuada con la Comisión Europea. Asimismo, añadió que están en "estrecho contacto", con la Autoridad Bursátil Europea (ESMA por sus siglas en inglés).

Primero, las deudas

La agencia tiene previsto examinar primero las deudas soberanas, para pasar después a los bancos e incluso a empresas, dentro de dos ó tres años. Así que cabría preguntarse si es posible ser independiente en la valoración de los segundos cuando los socios del consorcio son entidades financieras.

Krall tenía preparada una respuesta: "Los americanos nunca prometieron independencia; ellos tienen ánimo de lucro. Pero la nuestra sí está asegurada". Para despejar las dudas, añadió que la agencia se plantea contar con un comité de expertos, formado por "miembros de universidades, gente con bagaje en el mundo financiero, etc".

Aunque éste no es ni mucho menos el único proyecto que se está promoviendo en la actualidad en el Viejo Continente.

Markus Krall afirmó que existen otros seis proyectos de agencia en distintos países pero que cuentan con "menos envergadura" que el que impulsa su compañía. "Tan solo hay uno equiparable en Suiza, que está impulsado por varias family offices. Pero la nuestra, con 300 millones de euros, está al nivel de las grandes", aseguró. Veamos qué pasa en 2012.

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