Pasada la euforia por el acuerdo para salvar a Europa de la crisis de la deuda, el gobierno de Nicolas Sarkozy estudia opciones para hacer frente a las dificultades económicas en casa. El ejecutivo galo admitió que su previsión de creci- miento para 2012 es "demasiado elevada".
Ayer mismo rebajó este pronóstico desde el 1,75% en el que se encontraba al 1%. De cara a esta revisión, París busca nuevos ingresos que le permitan mantener los compromisos de reducción de su endeudamiento. Según anunció ayer el mismo Sarkozy, le harán falta entre 6.000 y 8.000 millones de euros suplementarios. Y, aunque descartó una subida de IVA general, la prensa gala indica que se estudia el Gobierno se plantea aumentar el IVA y el Impuesto de Sociedades.
François Baroin, ministro de Finanzas, reconoció ayer que la subida del IVA "será una decisión del Gobierno, tomada después de un arbitraje por parte del presidente y el primer ministro".
Medida impopular
El tema es muy espinoso. Una parte de los parlamentarios de la derecha pide que el Gobierno dé marcha atrás, al menos parcialmente, en el IVA reducido al 5,5% para ciertos sectores como la restauración, la construcción o la hostelería. Y proponen un aumento al 12,5%, aún por debajo del IVA general que se sitúa en 19,6%. Sin embargo, según el períodico Les Echos, Nicolas Sarkozy estaría en contra por considerar la medida muy impopular.
La patronal francesa en cambio no ve con malos ojos una subida del llamado IVA social, es decir, subirlo pero reducir las cargas sociales para compensar y evitar una pérdida de poder adquisitivo. Laurence Parisot, líder de la patronal, se declaró ayer a favor de la medida y consideró que ayudaría a reforzar la competitividad de las empresas.
Según Les Echos el gobierno de Nicolas Sarkozy también estudia una subida puntual del Sociedades para las grandes empresas, en vez de aplicar una subida general del impuesto, que se sitúa en el 33,3%. Una medida similar a la que se tomó este verano con la aplicación de un impuesto excepcional para las grandes fortunas y que cuenta con el beneficio de no ser impopular. La ecuación es complicada para Sarkozy, que anoche compareció en televisión para defender su política frente a la crisis. A apenas seis meses de las próximas elecciones presidenciales, el mandatario galo quiere reforzar su credibilidad como el único capaz de sacar a Francia de la crisis.
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