
Favorecer la inversión y la creación de empleo a través de una bajada selectiva de impuestos. Este es el eje sobre el que gira la propuesta de reforma fiscal del Partido Popular, que tiene como punto fundamental la reducción del Impuesto de Sociedades para las empresas pequeñas y medianas.
Una rebaja que, en círculos próximos a Mariano Rajoy, aseguran será "permanente y sin condiciones", con un tipo del 25% para empresas de hasta 12 millones de euros de facturación y del 20% para aquellas pymes o micropymes que facturen hasta un máximo de cinco millones.
En la actualidad el tipo reducido del 25% es sólo aplicable para las empresas con un tope de facturación de diez millones de euros, por lo que la propuesta del Partido Popular permite una ampliación sensible en el número de empresas beneficiadas.
Esta reforma se complementará, además con la deducción por reinversión de los beneficios empresariales avanzada ya por Rajoy en Barcelona durante una reunión con empresarios. Deducción que, como adelantó elEconomista, permitirá, por un lado, que las empresas no tributen por las plusvalías que obtengan por la venta de sus activos fijos cuando las reinviertan. Y, por otro, que los beneficios no distribuidos que se inviertan en la empresa tengan una deducción del 10 %, de forma que paguen menos impuestos los beneficios dedicados a hacer más competitiva la empresa mediante la adquisición de nuevos activos, que los que se distribuyen a los accionistas.
Apoyos fiscales a la innovación e internacionalización
Al margen del Impuesto de Sociedades, el Partido Popular plantea también en su programa de gobierno apoyos fiscales a la innovación y la internacionalización empresarial, "porque las empresas que han salido al exterior, tanto las grandes como las pequeñas, han superado la crisis".
Igualmente, y como puso de manifiesto el propio líder de los populares durante el foro sobre emprendedores de Valencia, el hipotético gobierno del PP tiene prevista una modificación sustancial del tratamiento fiscal a los autónomos, poniendo en marcha dos de las reivindicaciones tradicionales de este colectivo: que las empresas no tengan que pagar el IVA de las facturas que no han cobrado, "medida que aliviaría la asfixia económica de los emprendedores"; y para aquéllos que tributen por el sistema de módulos, ajustar el pago del impuesto a la realidad económica actual, que ha reducido sensiblemente el volumen de negocio. Precisamente hace unas semanas, Lorenzo Amor, fundador de ATA, aseguraba que quien "quiera ganar las elecciones tendrá que contar con los autónomos" y esto es precisamente lo que pretende hacer el PP.
Los responsables del equipo económico del PP, con Cristóbal Montoro a la cabeza, tienen muy claro que una de las vías prioritarias para la salida de la crisis pasa "por apoyar a los emprendedores a través de la política fiscal".
Pero también mediante otras medidas de apoyo a la competitividad, entre las que destaca la recuperación de la unidad de mercado "para que cuando una empresa se sitúe en un territorio tenga facilidad para instalarse o montar una sucursal en cualquier otra parte del territorio nacional. Es decir, que haya un reconocimiento entre todas las comunidades". Otro elemento básico de apoyo a las empresas será la simplificación administrativa para que sea posible montar un negocio en 24 horas, algo que desde el PP se entiende que "en la era de Internet tiene que ser fácil".