La posibilidad de que Grecia asuma una reestructuración de sus bonos no sólo afectaría a los bancos o a los Gobiernos de la eurozona; también al pequeño ahorrador. Pero en la mayoría de estos casos estos inversores ya han asumido fuertes descuentos en el precio de sus fondos o planes de pensiones.
Muchas son las hipótesis, algunas de ellas materializadas a través de rumores, que se barajan en torno a la reunión que este fin de semana tiene la Unión Europea para tratar de encontrar una solución ¿definitiva? a la crisis de la deuda periférica. Pero la que, sin duda, está preocupando más al mercado es la posibilidad de que se asuma una reestructuración de la deuda, ya no de Grecia, sino también del resto de países de la periferia, España entre ellos. Una opción que, aunque en los últimos días se ha considerado poco probable, no deja de ser por ello posible.
Mucho se ha escrito sobre cómo afectaría esto a los bancos y a los Gobiernos, pero poco se sabe de la influencia que tendría esta solución en el pequeño ahorrador, aquel que o bien tiene bonos de alguno de estos países o bien invierte en ellos a través de fondos de inversión o planes de pensiones.
Pues bien, a ninguno de estos inversores debe quitarle el sueño la previsible quita de deuda griega. Sobre todo si esta inversión la ha realizado a través de fondos o planes de pensiones. Y por varias razones. La primera es que esa quita ya está en gran parte descontada en el precio de su fondo, que calcula su valor diariamente a precio de mercado, además del valor prorrateado del cupón. Por ejemplo, según los datos de Bloomberg, los bonos griegos a diez años cotizan con un descuento del 60 por ciento, los portugueses con un descuento del 40 y los españoles, con otro del 5 por ciento. Es decir, sólo si las reestructuraciones superaran esa cifra, se dejaría sentir en el precio en la proporción que no está descontada.
"Si invirtieras el 100 por cien en un fondo de deuda griega, verías que ahora ya sólo te quedan 40, por lo que a no ser que la quita fuera superior, no se debería notar", afirma Juan Ramón Caridad, director de Swiss&Global en España.
La buena noticia y también la segunda razón por la que el pequeño inversor no debe preocuparse es que en España no se vende ningún fondo ni plan de pensiones que invierta el 100 por cien de sus activos en deuda griega. Según los datos de Morningstar, el plan de pensiones que más invierte en bonos helenos es Nat Nederlanderd Europa, con un 5 por ciento de su patrimonio en estos productos y el fondo con más exposición, del 5,1 por ciento, es Petercam Bonds.
Y ambos han conseguido solventar las pérdidas que les han generado los bonos griegos con las ganancias de otros bonos de su cartera, lo que explica que en el año acumulen pérdidas de como mucho el 3 por ciento.
Sin embargo, el hecho de que la quita en sí parezca estar ya descontada (al menos gran parte de ella) en el precio de estos vehículos, no implica que éstos puedan sufrir algún que otro varapalo adicional. "El mayor problema será la liquidez. Si una vez se anuncie la quita todo el mundo opta por vender esos bonos, no habrá liquidez en el mercado", afirma Felix López, de Atlas Capital. No en vano, esas ventas se traducirían en nuevas caídas del valor liquidativo de los fondos. Por no mencionar la posibilidad de que los inversores reaccionaran vendiendo sus participaciones en estos productos, lo que se traduciría en aún más caídas para los que optaran por mantener su inversión.
También hay que tener en cuenta la posibilidad de que la deuda de otros países corra la misma suerte que Grecia. Y los descuentos con los que cotizan los bonos en el resto de países periféricos no son tan elevados como en el caso griego. El problema es que buena parte de las posibilidades de que se produjera un nuevo contagio dependerá precisamente de cómo valore el mercado el acuerdo que se alcance este fin de semana en Bruselas.
¿Y si es España la que reestructura?
Especialmente grave sería que, como se avanzó la semana pasada, se aprobara una quita del 20 por ciento de deuda española. Una posibilidad que, según los últimos datos, parece prácticamente descartada (si es que alguna vez la tuvo). En la actualidad los bonos nacionales a diez años cotizan con un descuento de tan sólo el 5 por ciento, por lo que el inversor tendría que asumir en el día pérdidas del 15 por ciento en su fondo o plan de pensiones.
Y es que, a diferencia de lo que sucede con Grecia, en España sí hay productos que invierten el 100 por cien de su patrimonio en deuda española. En concreto, hay 74 planes que invierten sólo en bonos españoles y, dentro de fondos, la cifra asciende a quince, los llamados fondtesoros. Por no mencionar los miles de españoles (y extranjeros) que invierten directamente en bonos o letras emitidos por el Tesoro español. O las pérdidas en las que incurrirían quienes tengan productos de bolsa española en cartera ya que, como explica Miguel Llorente, de Capital at Work, "obligaría a la banca a hacer provisiones sobre el valor del descuento". Y es altamente probable que esto se tradujera en fuertes caídas de sus títulos en bolsa.