Joaquim Gay de Montellà i Ferrer-Vidal (Barcelona, 1950) preside la patronal catalana Fomento del Trabajo desde el pasado 14 marzo de 2011, después de que Joan Rosell abandonara el cargo para presidir la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE).
Es licenciado en Derecho y diplomado en dirección general de empresas. Desciende de Lluís Ferrer-Vidal i Soler, uno de los más destacados industriales catalanes de finales del siglo XIX. Durante 17 años fue director de ABN Amro en España, luego se incorporó a Acesa y dirigió la filial Abertis Logística. Hoy gestiona su grupo empresarial familiar Estram, centrado en negocios de restauración y vino.
El paro es el gran lastre de la economía española. Los empresarios, a los que usted representa en Cataluña, son los únicos que pueden crear puestos de trabajo. ¿Han renegado de su papel como creadores de empleo?
La situación del euro y de Europa es muy delicada. Grecia sólo supone un 2 por ciento del PIB europeo, pero sorprendentemente es capaz de desestabilizar toda la zona euro. Algo no funciona en una organización cuando no puede absorber un problema de ese tamaño. Y eso afecta a los empresarios, a los que no les gusta la volatilidad.
Pero en esta situación hay muchas empresas que siguen siendo muy rentables...
Yo diría que se ha producido un fraccionamiento entre las empresas cotizadas, que tienen buena parte de sus negocio fuera de España, y las pequeñas y medianas empresas, cuya actividad está muy ligada al consumo interno que actualmente está bajo mínimos.
¿La única salida es exportar?
Es una buena salida. Actualmente, pese a la crisis, hay sectores que crecen gracias a la exportación. Por ejemplo, el químico creció un 6 por ciento en 2010 y este año volverá a hacerlo en torno a un 3 por ciento. Pero también hay otros, como la química fina o los laboratorios .
Pero, por ejemplo, en el caso de la química son multinacionales, casi todas alemanas, que fabrican aquí...
A su estela, hay empresas de capital español que también están beneficiándose de estos crecimiento.
¿Me está diciendo que las empresas ya están preparadas para crecer y crear empleo?
Cuando llegó la crisis, las empresas no reaccionaron. Los años 2007 y 2008 fueron de despiste, porque los empresarios no se creían la situación tras cuatro o cinco años de enorme crecimiento. Pero en el trienio 2009-2011 han hecho los deberes y se han realizado los ajustes. Llevamos cinco años de ajuste y la Biblia habla de siete años de vacas flacas... ¡Ya sólo nos quedan dos! Creo que las empresas están preparadas para arrancar de nuevo, independientemente de lo que hagan los mercados.
¿Fomento apoya un cambio de Gobierno en España?
Sí apoyamos un cambio de Gobierno, porque el actual está agotado. Pero también decimos que el actual jefe de la oposición debe hacer de líder y seguir con los ajustes.
¿Supongo que el tema que más les preocupa a ustedes es profundizar en la reforma laboral?
La foto de España es mala porque tenemos un 20 por ciento de paro y nuestros desempleados suponen el 25 por ciento de los parados de toda la Unión Europea. Y además contamos con un 40 por ciento de paro juvenil. Eso no puede seguir así. Necesitamos un pacto laboral a tres años con los sindicatos para poder volver a contratar. De lo contrario, entraremos en una situación de estanflación similar a la de Japón, con un encefalograma plano empresarial.
Los sindicatos ven sus intenciones como una amenaza para los derechos de los trabajadores.
Podemos plantearnos una reforma laboral para siempre, que será muy difícil, o por tres años, que resulta más factible. Tendríamos que extender el pacto que alcanzamos para 2010-2012 hasta el 2014.
¿Y qué debe aportar ese pacto?
Debe facilitar la entrada y la salida del mercado laboral. Debe darnos a los empresarios más flexibilidad. Ahora hay desconfianza, porque es un marco inestable y nunca sabes si al final vas a tener que hacer fijo a quien has contratado de forma temporal. Existen 43 tipos de contratos que nos complican la vida. Hay que simplificar.
¿Qué reforma les parecería bien a los empresarios catalanes?
Una salida real de la empresa con 20 días por año.
Pero, ¿sólo para los jóvenes?
Sí. No queremos tocar los derechos consolidados de personas que ya están en el mercado laboral. Se trata de facilitar la entrada a los jóvenes. Los empresarios llevan en su ADN la creación de proyectos y puestos de trabajo. Se trata de darles un marco laboral y fiscal adecuado para que ellos creen empresas.
¿La falta de crédito no es un impedimento también para la creación de empresas?
No hay crédito bancario. Al principio de la crisis, las empresas padecieron mucho. Sin embargo, ahora están más saneadas, han hecho los deberes y para afrontar nuevos proyectos sustituirán el crédito por recursos propios. Hay que acudir al mercado de los fondos de inversión y lograr créditos participativos para financiarse. Cuesta acostumbrase, pero incluso la banca española va a tener que adaptarse para realizar este tipo de banca que intermedie entre los fondos y las empresas.
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