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Economía

Cortinas, muebles, cocinas... el parón inmobiliario afecta a otros sectores

El efecto dominó inmobiliario afecta hasta a las textiles. Foto: archivo

NATURGY

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¿Parón inmobiliario? Nadie puede negarlo. Las constructoras y promotoras no están atravesando un buen momento y quien diga lo contrario miente. Tampoco está en auge el sector del cemento o del ladrillo, que ha visto como los encargos disminuían al ritmo que la demanda de vivienda caía.

Pero la cadena de sectores afectados por esta desaceleración es aún mayor. Comparados con esas grandes compañías son los hermanos pobres cuyos problemas apenas saltan a la palestra. ¿Pero acaso no existen cientos de necesidades más allá de las cuatro paredes de una casa? Electrodomésticos, altas de teléfono, suelos, muebles, calefacciones... La lista es casi interminable. Casi tanto como la cantidad de empresas de servicios y comercios que en los últimos años se han lucrado gracias a la fiebre inmobiliaria. Incluso no daban abasto.

Reforma exprés, ¡increíble!

Porque, haga memoria. ¿Cuánto tiempo tenía que esperar antes a que le arreglaran ese armario que tenía roto o para que le instalarán un aire acondicionado? Tanto, en algunas ocasiones, que hasta pensábamos que nos estaban tomando el pelo. Pues bien, la situación ha cambiado, y mucho. Lean las siguientes historias reales.
Mirella es una madrileña que ha puesto en alquiler su piso. Le urge y ha calculado que tendrá inquilino en unas dos semanas. Interesados, la verdad es que no le faltan: vivienda céntrica, reformada y a precio de mercado, apetecible, sin duda. Pero, ¡qué sorpresa! En el tiempo que la casa ha estado cerrada le han salido humedades por suelo y paredes que no serán, seguro, del agrado de nadie. Mirella necesita encontrar a alguien que arregle las imperfecciones lo antes posible. "Pero olvídate", se dice a sí misma. "Hasta que me atienda alguien pueden pasar semanas".

Error. Ya no. Y si no, presten atención a la jugada de Mirella, impensable hace escasos meses. La joven se acerca a hablar con los empleados de una obra que hay al lado de su casa. Les cuenta su problema y pregunta si conocen a alguien que pueda arreglar su piso. "Nosotros lo haremos", se ofrece el jefe de la obra, "y mañana mismo si quiere". Durante dos días picarán, rellenarán y pintaran sus paredes por 250 euros y el sábado ya estará listo el piso para poder enseñarlo. Quizás explique esta celeridad que "de las 80 ó 90 personas que pasan al día por esta oficina del Inem, más de 50 de ellas pertenecen al sector de la construcción", explica una empleada que prefiere mantener su anonimato.

Empresas textiles

Pero éste no es el único sector que ha notado como su demanda de trabajo cae ante la menor venta de pisos. Junto a ella también se reduce la de cortinas para vestir las viviendas. Antonia ya lo está notando en su negocio de confección e instalación en Callosa de Segura, una pequeña ciudad al sur de Alicante. "Desde el verano hemos visto un parón por la menor demanda para pisos nuevos. Las ventas nos han caído cerca de un 15 por ciento desde septiembre frente al mismo periodo del año pasado", explica. Y no sólo porque se vendan menos viviendas: "Algunos de los que entran en un piso nuevo lo hacen sin poner cortinas porque como las hipotecas están muy altas no se lo pueden permitir", asegura.

Lógicamente esta situación hace caer también los pedidos para las empresas que fabrican las telas para las cortinas y las barras, raíles o estores para colocarlas. Y sin irnos mucho más lejos, otro caso son las ventanas, muchas de las cuales se hacen con aluminio. La menor construcción de pisos y la contención de la gente a la hora de hacer reformas e instalarlas está afectando a empresas que distribuyen este material. Es el caso de Anudal, una pequeña compañía catalana que se dedicaba al aluminio para la construcción y que se ha visto obligada a diversificar y centrar su negocio en la energía fotovoltaica elaborando el soporte metálico de las placas solares.

Menos pedidos de gas

Incluso las grandes empresas como Gas Natural (GAS.MC) reconocen que la actual situación inmobiliaria les está afectando. De hecho esta compañía prevé perder en Madrid varios miles de clientes, alrededor de 50.000, ante el descenso de solicitudes de enganches al gas.

Y suma y sigue. En las siete tiendas Bricolaje Soriano que se reparten por Madrid una de sus empleadas describe la situación: "Hubo una época muy boyante y todo lo que ofrecíamos, productos e instalación de baños, venta de alfombras, de muebles, de pinturas... marchaba estupendamente. Pero la caída de ventas la venimos notando en el último año, especialmente en los últimos meses, tanto en la directa como la de obra".

Menos inmobiliario, menos mobiliario

Corrobora también esto Pablo Pelayo, agente comercial de muebles. "La crisis viene de lejos, pero se ha acentuado en los últimos meses con el descenso de venta de pisos". En su opinión, "ahora la gente prefiere antes un televisor de plasma que un mueble para ese televisor". El mismo cantar para las tiendas de montaje de cocinas. En el pueblo madrileño de Alcobendas, uno de los dueños de KS Cocinas, Pedro Hernández, reconoce que en el último año su negocio se ha ralentizado. De hecho, afirma que su facturación de 2007 será similar a la de 2003 ó 2004. "Lo que pasa es que hemos puesto los pies en el suelo. 2005 fue estupendo y 2006 maravilloso, pero todos sabíamos que era una racha que no podía durar mucho más".

Y es que venimos de unos años muy buenos. Los ciudadanos no sólo han comprado casas, sino que las han equipado por todo lo alto. Televisores, antenas, aire acondicionado... Productos que han proliferado al calor de la bonanza económica. Y ahora que las cosas pintan peor, Javi, como electricista e instalador, lo está sufriendo: "El que tiene dinero, lo guarda. Ya no hacen las inversiones que se hacían hasta hace apenas unos meses", lamenta.

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