París, 8 ene (EFECOM).- Los sindicatos y la oposición de izquierdas denunciaron hoy el deseo expresado por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, de suprimir el régimen laboral de las 35 horas de trabajo semanal.
En su primera rueda de prensa formal en el Elíseo desde que asumió el cargo el pasado mayo, Sarkozy indicó hoy que desea el fin de las 35 horas este año.
La reducción del tiempo de trabajo a 35 horas semanales fue una de las reformas estrella del Gobierno de izquierdas (1997-2002).
"Si se trata del fin de la duración legal del tiempo de trabajo, es cuestionar las horas extraordinarias, su remuneración adicional y, por tanto, el 'trabajar más para ganar más'", afirmó el sindicato CFDT en un comunicado.
El gran eslogan de la campaña electoral de Sarkozy, que quería ser el "presidente del poder adquisitivo", era "trabajar más para ganar más".
Para el sindicato CGT, lo que pretende Sarkozy es "trabajar más tiempo y más años para ganar menos".
"El ex candidato del poder adquisitivo ha cedido el paso al presidente del rigor social", aseguró la CGT, que llamó a construir "movilizaciones unitarias" de los sindicatos para "hacer valer sus prioridades reivindicativas".
Por su parte, los socialistas anunciaron una "oposición frontal" a la voluntad de Sarkozy de acabar con el régimen de las 35 horas, que interpreta como "la supresión de la duración legal del tiempo de trabajo".
"Es una verdadera regresión", sobre la que el Partido Socialista (PS) va a alertar a los franceses, ya que "muchos no aceptarán que se cuestione el principio de la duración legal del tiempo de trabajo", aseguró el líder del PS, François Hollande.
Hollande, para quien la "única" medida anunciada por Sarkozy en su rueda de prensa es esta "inquietante supresión", advirtió de que los socialistas harán de este tema y del poder adquisitivo sus caballos de batalla en la campaña de las elecciones municipales de marzo próximo.
Ante la avalancha de críticas a las palabras de Sarkozy, su consejero y "pluma", Henri Guaino, precisó en una emisora que la mayoría conservadora gobernante no quiere suprimir la duración legal del tiempo de trabajo, que "seguirá siendo de 35 horas" semanales.
Lo que quiere, dijo, es permitir "derogaciones" mediante acuerdos por sectores y empresas. EFECOM
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