El Parlamento de Alemania ha aprobado hoy la ampliación de competencias del fondo de rescate europeo (EFSF, por sus siglas en inglés), con una amplía mayoría de 523 votos a favor y 85 en contra. Tres se han abstenido. Este proceso se ha convertido en uno de los mayores retos para la canciller alemana, Angela Merkel, desde que asumió el poder.
Los sondeos ya apuntaban a que los europeístas triunfarían sobre los euroescépticos y conseguirían la mayoría necesaria para dar luz verde a la participación alemana que, con 211.000 millones de euros en garantías, convierte al país en el mayor contribuyente de toda la UE.
De hecho, ha salido adelante con el apoyo de los principales partidos de la oposición, los socialdemócratas (SPD) y Los Verdes. Sólo la han rechazado los poscomunistas de La Izquierda y algunos disidentes de los partidos que forman la coalición de gobierno: la CDU y los liberales (FDP).
En cualquier caso, y pese a que Merkel ha logrado pasar la prueba, el resultado de la votación parece no reflejar el sentimiento de la opinión pública alemana: según un sondeo de la cadena ZDF difundido la semana pasada, un 75% de los germanos rechazan ampliar el EFSF.
En algunos círculos políticos, la votación se ha visto como una encubierta moción de confianza para Merkel y su Gobierno, que habría quedado en entredicho si una mayoría de sus propios diputados no hubiesen respaldado la aprobación.
Finalmente, los partidos de la coalición que encabeza la canciller han logrado aportar una mayoría propia en la votación con 315 votos favorables, cuatro más del mínimo para evitar lo que podría haber conducido a crisis gubernamental.
¿Qué países no han votado aún?
Alemania se convierte así en el undécimo Estado de la zona euro que autoriza el refuerzo del mecanismo, después de que esta semana hayan dado su visto bueno Eslovenia y Finlandia. En octubre votarán Austria, Holanda, Malta, Chipre, Eslovaquia y Estonia.
Los líderes de la Eurozona acordaron el 21 de julio ampliar las garantías que los Estados dan al fondo de manera que este tenga capacidad real de movilizar 440.000 millones de euros para prestarlos a países en apuros. Hasta ahora, esa capacidad era teórica y en realidad se reducía a unos 250.000 millones.
El fondo también adquirirá poder para recapitalizar bancos en dificultades, para prestar dinero de manera preventiva a países que no necesiten de un rescate como el de Grecia, y para comprar deuda pública en el mercado secundario.
Lo que se está debatiendo en la actualidad, pero de forma oficiosa, es recurrir al apalancamiento y a colaboraciones con el Banco Central Europeo (BCE) para que este fondo pueda movilizar unos 2 billones de euros. Alemania ha mostrado su postura en contra, pero Bruselas confía en que Merkel termine por aceptar esta medida.
Ayer, en el Parlamento finés, un total de 103 miembros votaron a favor de otorgar facultades adicionales al Fondo Europeo para la Estabilidad Financiera, mientras que 66 votaron en contra y 30 se ausentaron de la votación.