
Los estadounidenses y los rusos elegirán en 2008 a sus nuevos presidentes en un momento de incertidumbre económica, por la crisis de las 'subprime' y de tensiones con Irán y en Pakistán.
Durante este 2008, las dos grandes potencias de la Guerra Fría, Estados Unidos y Rusia, cambiarán de timoneles, aunque el horizonte se les presenta lleno de nubarrones.
Tensiones crecientes
Rusia eligirá al sustituto de Vladímir Putin en marzo. Pero Putin seguirá siendo el rey del Kremlin, pues su delfín, Dimitri Medvedev, le ha reservado la jefatura de Gobierno y parece que también la presidencia de la gasística estatal Gazprom.
Unos meses más tarde, en noviembre, conoceremos al sucesor de George W. Bush. Y los favoritos son dos demócratas, Obama y Hillary Clinton.
Bush y Putin dejan la presidencia en momentos de creciente tensión entre sus países por las críticas de Washington a la democracia rusa -más cosmética que real- y la intención norteamericana de levantar un escudo antimisiles en Polonia y República Checa.
La resistencia de Moscú a que la ONU emplee más mano dura contra Irán por su plan nuclear, como quiere Washington, tampoco ha ayudado a aliviar tensiones.
Petróleo e hipotecas
EEUU no descarta atacar Irán, pero se ve frenada por las guerrras aún abiertas en Irak y Afganistán. Esos conflictos y la fuerte demanda de energía de China y la India mantienen el petróleo por las nubes. Y el reciente asesinato de Benazir Buttho en Pakistán no ayudará a bajarlos.
Los altos precios del crudo y las turbulencias financieras provocadas por la crisis de las hipotecas de alto riesgo (subprime) en EEUU amenazan la economía mundial. Así, al menos, lo ha advertido el FMI, entre otros. Por ello, rebajó en otoño sus previsiones de crecimiento de las principales economías para 2008, en especial de la locomotora americana. Pero el Fondo ha reconocido que la cosa puede ir a peor.