
Carlos A. Moreno
Río de Janeiro, 17 dic (EFECOM).- El creciente nacionalismo energético en algunos países latinoamericanos amenaza con disminuir el interés de los inversores extranjeros y poner en riesgo las inversiones necesarias para garantizar la futura oferta de energía en la región.
La advertencia, lanzada a comienzos de diciembre por el Deutsche Bank, fue el corolario para un año en el que fueron anunciadas nuevas medidas nacionalistas en Venezuela, Bolivia y Ecuador, así como el hallazgo de una reserva de hidrocarburos en Brasil que puso en duda la política brasileña de abrir el sector a empresas diferentes a la estatal Petrobras.
Tras el descubrimiento de una gigantesca reserva en el océano Atlántico, Brasil, por petición de Petrobras, que aún sigue siendo un monopolio pese a la apertura, excluyó en noviembre varias áreas de entre las que serían concedidas a otras empresas en una subasta.
El informe del DB Research, el centro de investigaciones del Deutsche Bank, el mayor banco privado de Alemania, destacaba que América Latina tiene potencial para transformarse en una importante región exportadora de energía, pero antes necesita superar el riesgo provocado por el "nacionalismo sobre los recursos energéticos".
Para algunos analistas, la tendencia al nacionalismo no se extiende a toda la región, pero sí es clara en Venezuela (propietaria de las mayores reservas de petróleo y gas del continente y miembro de la OPEP), Bolivia (dueña de las segundas mayores reservas de gas) y Ecuador (miembro de la OPEP).
En el extremo opuesto están Colombia, que comenzó a privatizar en parte la estatal Ecopetrol; Perú, que anunció una apertura a las multinacionales, y México.
En el medio está Argentina, que en 2004 creó la estatal Energía Argentina (Enarsa) para intervenir en el sector tras una amplia privatización, y Brasil.
Según el Deutsche Bank, Latinoamérica puede convertirse en una importante región exportadora de energía, especialmente de petróleo y gas natural, gracias a la demanda existente en países como China, Sudáfrica e India, que quieren diversificar sus proveedores.
La región concentra cerca del 10 por ciento de las reservas mundiales de petróleo y el 4 por ciento de las de gas.
El informe indica que, para aprovechar ese potencial, atender la creciente demanda regional e internacional, la región necesita de grandes inversiones en los próximos años y no puede rechazar los capitales externos, que tienen dudas en Latinoamérica por las medidas nacionalistas.
"Las inversiones actuales y planeadas en el abastecimiento energético en la región están por debajo del nivel de otras regiones en desarrollo", asegura el estudio.
"La poca atracción para las inversiones extranjeras directas es una mala señal para las perspectivas del sector energético y eso se agrava con el nacionalismo y con declaraciones dirigidas contra los inversores", agrega.
El temor al nacionalismo en la región ya había sido manifestado en una encuesta con inversores de varios países que la consultora internacional KPMG divulgó a comienzos del año.
Según ese sondeo, más de la mitad de los inversores dijo que el avance del nacionalismo disuadirá el flujo de mayores inversiones en la región.
Los anuncios de nacionalizaciones comenzaron este año por Venezuela, en donde el presidente Hugo Chávez dictó medidas para controlar "empresas estratégicas", como las eléctricas y telefónicas, y siguió con el proceso para hacer de la estatal PDVSA la controladora de todos los proyectos petroleros del país.
El Congreso venezolano aprobó en octubre la creación de las "empresas mixtas", una figura que otorga a PDVSA la mayoría accionarial en los convenios con empresas de Francia, Noruega, Gran Bretaña y Estados Unidos para explotar crudo en la Faja del Orinoco.
Chávez también lanzó una oferta pública de adquisición de las mayorías accionariales de la telefónica CANTV y de Electricidad de Caracas, y amenazó con expropiar los bancos españoles.
El presidente boliviano, Evo Morales, que decretó la nacionalización de los hidrocarburos en 2006, concluyó este año la firma de los nuevos contratos con todas las operadoras; expropió una metalúrgica suiza y prometió el control estatal de una filial de Telecom Italia.
Y el jefe de Estado de Ecuador, Rafael Correa, anunció la intención de renegociar los contratos de todas las multinacionales que extraen crudo de la Amazonía. EFECOM
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