Washington, 6 dic (EFECOM).- Latinoamérica sólo puede mantener su ritmo de crecimiento económico a largo plazo si resuelve las desigualdades sociales a través de una adecuada distribución de los ingresos y una reforma del sistema de pensiones.
Así lo afirmaron hoy expertos del mundo político y financiero en Latinoamérica en una mesa redonda con motivo de la presentación del informe Perspectivas Económicas de América Latina 2008, de la OCDE, en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA), en Washington (EE.UU.).
El secretario general de la Organización para el Comercio y el Desarrollo Económico (OCDE), Ángel Gurría, afirmó que su percepción del crecimiento económico de América Latina es optimista, pues su "papel en el mundo va en aumento", pero también resaltó que la pobreza y la desigualdad "sigue siendo uno de los problemas más grandes de la región porque supone un obstáculo para el progreso".
En Latinoamérica la pobreza afecta a cerca del 40 por ciento de la población, lo que representa unos 200 millones de personas.
A juicio de Gurría, Latinoamérica "es ya un gran motor del desarrollo", con un crecimiento del cinco por ciento el año pasado e importantes flujos comerciales, debido en gran parte a las remesas, pero afronta varios desafíos que debe resolver si quiere mantener su ritmo de crecimiento en la próxima década.
El informe de la OCDE destaca así los bajos niveles de legitimidad fiscal en América Latina, que con los reducidos porcentajes de recaudación tributaria no consigue solucionar las desigualdades sociales y "menoscaba" la democracia.
El segundo gran reto que afronta la región es su deficiente sistema de pensiones, pues mientras que en Chile el ahorro destinado a fondos de pensiones supone el 60 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), en otros países como Colombia, Perú, Argentina y México esta cifra no supera el 20 por ciento.
"América Latina tiene un gran problema con la cobertura, la gestión y el alto coste del sistema de pensiones", argumentó Gurría, quien también consideró necesario una mayor "inserción" de la región en el comercio mundial ante el poder de países emergentes como China y La India.
El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, se expresó en el mismo sentido al pedir a los países latinoamericanos que mejoren la calidad del gasto público.
"Va a tomar su tiempo, pero es importante", subrayó.
Para este experto, los países latinoamericanos tienen que invertir asimismo más en energía e infraestructuras, así como en agua potable y saneamiento, para resolver las diferencias sociales.
Pamela Cox, vicepresidente para América Latina del Banco Mundial (BM) resaltó, por su parte, el impacto negativo que tiene para el bienestar social el bajo nivel recaudatorio de los países, que ven mermados sus ingresos porque los propios ciudadanos creen que no es necesario pagar impuestos.
"A diferencia de los países de la OCDE, donde es una cuestión moral el pagar impuestos, en América Latina el castigo por no hace la declaración de la renta es mínima".
"Es un círculo vicioso porque los latinoamericanos no pagan impuestos porque consideran que no reciben nada a cambio y los Gobiernos no pueden atender las desigualdades por falta de ingresos", dijo Cox.
El presidente del Diálogo Interamericano, Peter Hakim, se mostró crítico con el informe de la OCDE, por no incluir otros aspectos importantes para el crecimiento económico y por ser demasiado optimista, y afirmó que los países latinoamericanos tienen que darse cuenta de que las reformas de la política económica no traerá inmediatamente frutos, pero sí a largo plazo.
Por último, el analista político estadounidense Francis Fukuyama afirmó que el "pacto social se ha roto en muchos países" de Latinoamérica, por lo que hace falta un nuevo enfoque sobre la agenda social que se dirija a las desigualdades. EFECOM
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