
La subida de los precios del petróleo está llenando las arcas de algunas de las entidades de inversión de Emiratos Árabes, que con los bolsillos llenos se han lanzado a la búsqueda de oportunidades. Un ejemplo de la abundancia de petrodólares lo representa Abu Dhabi Investment Authority (Adia), que ha aprovechado que tiene llena la cartera para hacerse con un 4,9% del Citi, uno de los principales gigantes financieros.
El brazo inversor de Emiratos Árabes fue fundado en 1977 y está considerado como uno de los más opacos. Las estimaciones de sus reservas varían entre los 250.000 millones y un billón de dólares, pero sea cual sea la cifra, no hay duda de que sus dimensiones son considerables y de que han demostrado su voluntad de hacer valer su peso.
Abu Dhabi, con una población de 1,8 millones de habitantes, es otro de los destinos favoritos de los bancos de inversión de Londres a la hora de proponer negocios. Estos fondos soberanos existen desde más o menos 1953 cuando se estableció la Autoridad de Inversiones de Kuwait (KIA) para beneficiar a las futuras generaciones cuando el petróleo dejará de fluir.
A por el deporte
En Dubai, el jeque Ahmed bin Saeed al-Maktoum, tío del actual emir, tiene su apuesta particular: la aerolínea Emirates.
Como habrán observado los aficionados al deporte, Emirates ha unido su nombre a casi cualquier cosa que suponga el uso de un bate o pelota. La línea aérea de Dubai patrocina al Arsenal y da su nombre al nuevo estadio, acompañando esta medida con el patrocinio de los mundiales de fútbol, rugby, cricket y una docena aproximada de deportes de equipo profesionales.
De hecho, la empresa se ha impuesto la misión de convertirse en rival de Coca-Cola o Nike. Esta estrategia forma parte de la ambición de llegar a ser la mayor y más rentable línea aérea del mundo. Su crecimiento ha sido exponencial en los últimos tiempos, duplicándose cada cuatro años, en un momento de estancamiento de las aerolíneas.
Emirates transportó a 16,7 millones de pasajeros el año pasado, lo que la convierte en la novena mayor aerolínea internacional. Este año, transportará cerca de 20 millones, superando a Singapore Airlines y, si continúa la tendencia, sobrepasará los 29 millones que lleva British Airways antes de que finalice la década. Su crecimiento se sustenta en una idea fundamental a la hora de entender Dubai: si creamos oferta la demanda vendrá después.
Misteriosa financiación
La empresa ha lanzado servicios que ninguna otra línea aérea europea consideraría, como un vuelo diario entre Newcastle y Dubai. Esta ruta parece desafiar a la lógica, pero Emirates considera que, creándola, los pasajeros del norte de Inglaterra comenzarán a considerar Dubai un posible destino empresarial y turístico. Sin embargo, la apuesta no ha sido barata: sólo esta ruta requerirá el empleo de tres aviones valorados en 180 millones cada uno. Newcastle es, por lo tanto, una apuesta de 500 millones.
Sin embargo, al tratarse de una empresa pública, es posible que nunca se sepa realmente si la ruta resulta rentable o no. De hecho, en ocasiones es difícil determinar dónde termina la estrategia de la línea aérea y comienza la de Dubai: uno de los motivos por los que se ha iniciado la ruta es el transporte de turistas hasta los hoteles y centros de ocio de Dubai. Se desconoce hasta qué punto ambas situaciones se subvencionan mutuamente, si es este el caso.
Es precisamente la falta de claridad lo que preocupa a muchos ejecutivos de líneas aéreas occidentales. No se muestran preocupados por la creación de rutas como la que une Newcastle y Dubai, pero sí manifiestan temor en torno a la posible competencia en rutas fundamentales para las empresas europeas, como las que conectan Londres o París con Dubai. ¿Está Emiratos tirando los precios en estas rutas para llenar los hoteles de Dubai? ¿Recibe ayuda financiera para comprar su nueva y enorme flota?
Los máximos responsables de otras líneas aéreas hablan en privado de las subvenciones y beneficios de los que disfruta Emirates y están presionando a los gobiernos para que bloqueen su acceso a los aeropuertos.
La conexión
Aunque Emirates niega que esté recibiendo subvenciones, lo cierto es que existe un estrecho vínculo entre la empresa y su sede. El crecimiento de Emirates alimenta el de Dubai y viceversa -precisamente lo que los dirigentes de esta nación del Golfo pretendieron cuando lanzaron la línea aérea en 1985.
El jeque Ahmed bin Saeed al-Maktoum afirma que "está sucediendo a una velocidad muy superior a la que se había previsto, pero lo cierto es que Dubai asumió un riesgo calculado al hacer las cosas tan a lo grande. Tuvimos que diversificar nuestra economía porque teníamos recursos limitados. Estamos en una parte del Golfo que tiene mucho petróleo, pero la propia Dubai tiene muy poco. Tuvimos la idea de desarrollar el turismo y todo comenzó en aquel tiempo, al pensar en el futuro. Lo que hemos logrado actualmente en Emirates es algo que comenzó a planificarse en los años ochenta".
Emirates sirve a 94 destinos de 60 países, lo cual permite a Dubai atraer a millones de turistas a sus hoteles de lujo y a los hombres de negocios a las mini ciudades creadas para especialistas en medios de comunicación, tecnología y sanidad. Además, la ausencia de impuesto sobre la renta ha aumentado el atractivo de la ciudad para la rápidamente creciente comunidad de personas procedentes de Europa, otras partes de Oriente Medio y Asia. En palabras del jeque Ahmed: "Creemos que nos hemos visto favorecidos por lo que está sucediendo aquí en Dubai. El desarrollo de hoteles, centros comerciales y otras infraestructuras ha atraído a la gente. Si no contáramos con Dubai y esta encantadora ciudad, no sería fácil promover este lugar como destino. Vamos de la mano con Dubai".
Según el jeque Ahmed, "la gente siempre dice que para nosotros es fácil porque todos los estados del Golfo son ricos. Creen que todo el mundo aquí es multimillonario; esa es la percepción que tienen de la gente corriente. Son cosas que dicen para quitarse responsabilidad cuando no alcanzan sus objetivos".
Compras a lo grande
El crecimiento de Emirates ha tenido un efecto más amplio sobre la aviación y la industria aeroespacial que el mero transporte de turistas al Golfo. La empresa está comprando ahora tantos aviones para alimentar su crecimiento que se encuentra en disposición de obligar a los gigantes aeronáuticos, Boeing y Airbus, a modificar sus diseños de acuerdo con las especificaciones de Emirates.
Emirates tiene una verdadera oportunidad de convertirse en la mayor línea aérea del mundo de aquí a diez años, particularmente a partir del momento en que comience a llegarle la flota de A380 el próximo año. Los 55 A380 que tiene pedidos constituyen la mayor flota de este modelo, que, debido a su enorme tamaño, aumentará el número de pasajeros que pueden trasladarse desde centros congestionados como Heathrow.
Sin embargo, estas previsiones de crecimiento no están exentas de peligros. Las líneas aéreas son especialmente sensibles a las crisis exteriores, se produzcan en forma de desplome económico, accidente catastrófico o aparición de una enfermedad como el SARS. El terrorismo y la inestabilidad política son también amenazas.