
España espera que la controversia con el presidente venezolano Hugo Chávez, ofendido porque el Rey le pidió públicamente que se callara, se olvide y no dañe los intereses empresariales españoles en la importante nación exportadora de petróleo.
Chávez, que ha nacionalizado grandes partes de su economía este año bajo su "revolución" socialista de estilo propio, dijo el miércoles que revisaría las relaciones diplomáticas y empresariales con España después de que el rey Juan Carlos le pidiera que se callara en la última Cumbre Iberoamericana celebrada en Chile.
"Veremos cómo evoluciona la situación, esperemos que se enfríe esta serie de declaraciones", ha declarado el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, en un desayuno con empresarios.
Trabas a las empresas españolas
"La clase empresarial lo que quiere es recuperar la relación con las autoridades venezolanas, poder -por lo tanto- seguir obteniendo buenos beneficios de lo que es su inversión en Venezuela", ha agregado.
El combativo Chávez citó a Santander (SAN.MC) y BBVA (BBVA.MC), que poseen importantes bancos venezolanos, como posibles objetivos y dijo que Venezuela, miembro de la OPEP, no necesita sus negocios. La petrolera Repsol (REP.MC) también tiene intereses en el país.
Moratinos dijo que España no caería en las provocaciones y no respondería a Chávez, que se ha referido en repetidas ocasiones al incidente, cuando el Rey perdió la paciencia ante las interrupciones del venezolano a la intervención del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
¿Buenas amistades?
"Creo que el gesto estuvo muy bien establecido; un gesto del jefe del Estado, con enorme fuerza, que ha producido la irritación del presidente de Venezuela", ha dicho Moratinos.
"Salvo que haya acontecimientos que nos lleven a revisar nuestra posición, en este momento, nuestra actitud es mantener los canales diplomáticos abiertos", ha agregado.
La disputa se produce mientras Chávez hace campaña para un referéndum el 2 de diciembre, en el que espera ampliar sus poderes y poner fin a los límites del mandato presidencial.
Bajo el Gobierno de Zapatero, las relaciones entre Madrid y Caracas han sido amistosas. En 2006, Washington forzó a Madrid a cancelar un contrato multimillonario de venta de aviones militares a Venezuela tras prohibir a una compañía española usar componentes estadounidenses.