
La Cámara de Representantes de Estados Unidos, liderada por los demócratas, aprobó ayer un calendario para la retirada de tropas desde Irak, desafiando al presidente George W. Bush al unir la medida a unos 50.000 millones de dólares de fondos para la guerra, frente a los 200.000 millones reclamados por el presidente. Esta semana, el Washington Post estimó que la guerra podría costar el doble de lo presupuestado.
La portavoz de la Casa Blanca Dana Perino pidió al Congreso que envíe a Bush una ley de financiación de emergencia "limpia", sin fechas para la retirada de tropas.
La votación se produjo el mismo día en que una explosión en Bagdad elevó el número de bajas estadounidenses, que
se suman al que ya es el año más sangriento para los soldados de Estados Unidos en la guerra en Irak. A los 214 representantes demócratas se unieron 4 republicanos que votaron a favor, por 203 votos republicanos en contra.
Para el 15 de diciembre de 2008, todas las tropas de combate estadounidenses deberían salir desde Irak. Para decepción de los demócratas liberales, esa fecha es una meta no vinculante.
Advirtiendo sobre un veto presidencial, el Gobierno dijo que se opone a fijar una "fecha arbitraria" para la retirada de tropas. El proyecto de ley de los demócratas "abandona imprudentemente la causa de la libertad y la estabilidad en
Oriente Próximo", señaló.
Los demócratas esperan que el dinero sea utilizado para empezar a cambiar la misión militar de una de combate a una para proteger las instalaciones estadounidenses en el país, entrenar a los iraquíes y realizar operaciones contra el
terrorismo.