Economía

Empresas de transporte público prevén una parálisis casi total por la huelga

París, 12 nov (EFECOM).- Las grandes empresas de transporte público de Francia advirtieron hoy a sus usuarios que la huelga convocada con carácter indefinido a partir de mañana por la tarde contra la reforma de los regímenes especiales de pensiones se traducirá en la práctica paralización de trenes, metros y autobuses urbanos.

El hueso más duro de este pulso al Gobierno viene de la compañía ferroviaria SNCF, donde siete sindicatos -todos salvo el corporativo FGAAC de los conductores- han lanzado un llamamiento para detener la actividad a partir de mañana a las 20.00 horas locales (19.00 GMT) y decidir a continuación sobre la marcha hasta cuándo se mantiene el movimiento.

Después de una última reunión de concertación, la Confederación General del Trabajo (CGT), principal sindicato de la Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF), confirmó un nuevo "fracaso" que achacó a que la dirección no había aportado "ninguna respuesta".

La entidad del transporte metropolitano de París RATP avanzó que no espera más que un 10% de los metros en funcionamiento de media el miércoles, lo que significa que en algunas los viajeros no deben esperar ningún convoy, mientras en la línea 14 que está automatizada -y no necesita conductor- podría seguir con la frecuencia habitual.

La RATP -donde siete sindicatos mayoritarios de sus 45.000 empleados han convocado la huelga- señaló que también calcula que la circulación de autobuses urbanos y tranvías será del orden del 10% de media.

En su estrategia de prevenir a los usuarios y de crear una reacción de éstos contra los huelguistas, el Gobierno no ha dudado en indicar estos últimos días que la huelga causará muy fuertes perturbaciones en los transportes públicos.

Pero tanto el ministro de Trabajo, Xavier Bertrand -que es quien está al frente de la reforma-, como el primer ministro, François Fillon, han querido igualmente insistir en que han ido tan lejos como podían en sus concesiones y que no habrá marcha atrás.

Lo que pretenden con la reforma es que los alrededor de medio millón de asalariados de los regímenes especiales de pensión -en la SNCF, la RATP, las compañías energéticas EDF o GDF, los secretarios de notaría o los empleados de las óperas y los teatros nacionales- aumenten el periodo de cotización que da derecho a una jubilación completa de 37,5 a 40 años.

El principal argumento del Ejecutivo de derechas es que es una reforma justa porque con ella los trabajadores de estos regímenes especiales se equipararán al periodo de cotización de funcionarios y empleados del sector privado, y además esa prolongación es condición para que el sistema de pensiones pueda garantizar su financiación a largo plazo.

El Gobierno teme en particular que la huelga por los regímenes especiales se prolongue y se solape con la que han convocado los sindicatos de funcionarios el próximo día 20, y otro elemento muy perturbador puede ser la asociación de los estudiantes.

De hecho, una Coordinación Nacional de Estudiantes creada contra la reforma universitaria -minoritaria en términos de representación- ha lanzado un llamamiento para bloquear las estaciones de tren a partir del próximo martes por la tarde.

En un primer paro contra la reforma de las pensiones el pasado 18 de octubre, hubo un seguimiento masivo en los ferrocarriles y en los transportes urbanos de una treintena de ciudades de todo el país. EFECOM

ac/jma

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