Economía

Pimco: la solución a la crisis de deuda pasa por una reestructuración suave en Grecia

  • "No iría tan lejos como para sugerir que abandone el euro"
El presidente de Pimco, Bill Gross

Hoy ha sido la agencia de calificación Fitch la que se ha sumado al coro de voces que se oponen a que la UE articule una reestructuración de la deuda pública griega, incluso aunque sea suave. Pero otros, como Bill Gross, cofundador y presidente de Pimco, piensa que esta última es condición sine qua non para que Europa ponga fin a la crisis de deuda.

En una entrevista con la CNBC, el fundador de la mayor gestora privada de renta fija del mundo, asegura que los tenedores privados de deuda y los bancos de la Eurozona deberían aceptar una extensión o alguna otra forma de reestructuración 'suave' de la deuda griega, para aliviar la carga del país.

La solución, a su juicio, pasa por evitar a toda costa una quita, pero sí en cambio, por promover otras opciones, como alargar los plazos de devolución o una rebaja de los tipos de interés.

A mediados de abril, el Gobierno griego anunció un nuevo plan para reducir su abultada deuda y sanear sus finanzas públicas. Un plan que contempla privatizar numerosos bienes y empresas estatales con el objetivo de recaudar unos 50.000 millones de euros en los próximos años, además de recortes en defensa, salarios, pensiones y acciones para luchar contra el fraude que reducirán el déficit público en unos 26.000 millones hasta 2015.

Además, hace dos días el país aprobó nuevos recortes a los funcionarios y acelerar las citadas privatizaciones.

"Si realizan todos estos esfuerzos, entonces veremos si es posible realizar una reestructuración suave de la deuda griega", señaló hace unos días el jefe del Eurogrupo en declaraciones, Jean-Claude Juncker,  recogidas por Reuters. En este sentido, se opuso a una reestructuración completa.

"No iría tan lejos como para sugerir que Grecia o cualquier otro país abandone el euro", señala Gross. "Lo que pienso que debe hacerse es favorecer que los tenedores privados de deuda y los bancos de la Eurozona acepten una extensión de la deuda".

A su juicio, es difícil sugerir que países como Alemania, que han sido más fiscalmente conservadores, deben ayudar a los periféricos. Pero si quieren una solución, "ese es el camino a seguir", sentencia.

Gross añade que a pesar de las preocupaciones sobre el excesivo riesgo que ha asumido el sector bancario europeo, y la incertidumbre sobre si serán capaces o no de resistir futuras crisis económicas o financieras, son una inversión atractiva.

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