Economía

El Gobierno ofrecerá al PP pactar las grandes reformas pendientes

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Foto: Archivo

Agotar la legislatura. Ese es el Evangelio que desde Moncloa se ha encargado transmitir a los ministros y altos cargos del PSOE. Una estrategia que tiene como objetivo extender un mensaje de tranquilidad a los mercados y de continuidad en las reformas para asentar la recuperación de la economía. "La zona euro se ha convertido en una máquina de aniquilar gobiernos"

Ese fue el objetivo primordial de la intervención del presidente del Gobierno en la noche triste electoral del domingo. Una intervención que no estaba prevista, como tampoco ayer tenía que responder, tras la Ejecutiva Federal, el número dos José Blanco. Ambas buscan calmar la voracidad de unos mercados financieros que huelen la debilidad de los gobiernos para ensañarse.

Pero, al margen de mensajes y consignas, en Moncloa y en Ferraz son conscientes de que la continuidad del Gobierno pasa, inevitablemente, por el Partido Popular. Son las huestes de Mariano Rajoy las que tienen ahora el poder territorial y el favor de los poderes fácticos de la economía y de los oportunistas de la política. Y, por eso, van a buscar un acuerdo con los populares para garantizar que se lleven a cabo las reformas.

En las filas socialistas no se descarta que, en breve, sea el propio Rodríguez Zapatero quien convoque al líder de la oposición para pedirle, si no el apoyo, por lo menos la abstención para culminar esas reformas pendientes y que, en principio, se centrarían en: terminar la reforma del sistema financiero; aprobar por ley una reforma de la negociación colectiva en caso de que no haya acuerdo entre los agentes sociales; modificar la reforma laboral; cerrar la reforma de las pensiones; y proceder a nuevas liberalizaciones en servicios que afectarían a los horarios comerciales, los contratos de distribución y los servicios profesionales.

"No se trata tanto de un pacto formal, sino de un acuerdo de no agresión que facilite la aprobación de unas medidas necesarias y ayude, al mismo tiempo, a tranquilizar a los mercados", explican algunos dirigentes del PSOE.

La cita de otoño

Si el Partido Popular accede, que parece que no está por la labor (ver página 11), Zapatero podría acceder a convocar elecciones en otoño. Finales de septiembre o primeros de octubre son los plazos que circulan. Y la fecha está perfectamente meditada. El Gobierno tiene hasta el 30 de septiembre para presentar en el Congreso la Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2012. Unos presupuestos que, necesariamente, deben ser austeros y en los que no se descartan nuevos ajustes en los salarios públicos y las pensiones. La convocatoria electoral obligaría a prorrogar los presupuestos actuales, con lo que el Gobierno que salga de las urnas tendría un año para preparar sus cuentas.

Las alternativas

Por otra parte, a nivel de partido, el PSOE dispondría de un plazo suficiente para celebrar las primarias y disponer de un candidato sólido y con el respaldo mayoritario del partido. También, y desde el punto de vista de la imagen, Zapatero "siempre podría argumentar que después del verano la legislatura se ha acabado y que los objetivos de reformas se han cumplido".

Destacados barones socialistas ya empiezan a barajar la hipótesis de elecciones anticipadas, la mayoría de ellos todavía en privado, pero alguno lo ha hecho en público, como el todavía presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, quien no ha dudado en reconocer que "si yo estuviera en su pellejo -se refiere a Zapatero - me plantearía el adelanto electoral".

El otro escenario que se baraja en Moncloa y en Ferraz es el aguantar hasta marzo con los apoyos puntuales de los nacionalistas vascos y canarios. "El PNV no va a abandonar a Zapatero , les pagamos el peaje de Bildu", afirman. Pero en el Ejecutivo son también conscientes de que sería "muy difícil" aguantar las "presiones internas" durante tanto tiempo.

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