Richard Bruton es uno de los primeros espadas del Gobierno que desde marzo de este año intenta reflotar a una Irlanda rescatada de la quiebra en noviembre de 2010 por Europa y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
A su paso por Bruselas, Bruton se reunió con los corresponsales de los medios estadounidenses International Herald Tribune y Dow Jones, el francés Les Echos, el alemán Stuttgarter Zeitung y elEconomista.
¿Cómo evoluciona Irlanda tras el rescate de noviembre?
Hemos sufrido un gran ajuste: una caída del 25 por ciento del producto interior bruto (PIB), y del 20 por ciento del empleo en el sector privado. Pero empezamos a emerger gracias a una recuperación basada en la exportación. Somos mucho más competitivos. El deflactor del PIB -buen indicador de lo que ocurre con los costes generales en una economía- ha caído un 10 por ciento en los últimos tres años, impulsado por el gran ajuste en el sector público, donde los sueldos han bajado un 15 por ciento. Obviamente, la economía nacional sigue débil.
Pero las recientes previsiones de la Comisión Europea indican que el año que viene volverá a crecer el empleo por primera vez desde que comenzara la recesión; y este año y el que viene la economía crecerá.
Esas previsiones también auguran que la deuda pública llegue al 117,9% del PIB en 2012.
Hay una confianza significativa en que pese a la elevada carga de la deuda que soportamos ya hemos dado la vuelta a la esquina. Este año y los próximos cuatro tendremos superávit en la balanza de pagos. Estamos en condiciones de pagar nuestras deudas. No subestimo la crisis ni los desafíos a los que nos enfrentamos, pero las soluciones están en marcha y ya hemos realizado una gran consolidación presupuestaria. Vamos por el buen camino para cumplir los objetivos.
¿Cuánto complica la recuperación que el Banco Central Europeo (BCE) suba los tipos?
Nos preocupa, obviamente. La recuperación de la demanda interna es muy importante para crear empleo. Está claro que Irlanda no necesita una serie de alzas de tipos de interés dado el alto endeudamiento del sector privado. La Comisión Europea prevé que la inflación se modere en 2012, lo que sería positivo para la política monetaria. El único objetivo del BCE son los precios, no el crecimiento. Es una dificultad para países como el mío, muy necesitados de crecimiento.
¿Le preocupa que haya una zona euro a varias velocidades?
Hay un debate muy vivo en Irlanda sobre si Europa tiene la estrategia correcta en esta crisis. Las presiones en la zona euro son muy reales y, seamos justos, Europa y sus instrumentos han evolucionado radicalmente desde el inicio de esta crisis y espero que lo sigan haciendo. Queremos influir en la evolución de estas políticas para que la recuperación sea más fácil; para que la zona euro se mantenga intacta; y para corregir los errores de diseño que existían claramente al inicio de lo que era probablemente más un proyecto político que una zona óptima para una divisa única. Aún hay mucho trabajo incompleto.
¿Ese trabajo incompleto incluye que el BCE suba su umbral de inflación para que la periferia se ajuste con más facilidad?
Europa debe tener una estrategia de crecimiento para superar esta situación. No todos pueden emprender un programa exportador. Debe haber una política integrada y coherente. Pero cambiar el mandato del BCE no es para hoy. Habría grandes resistencias políticas.
¿Es posible ejecutar programas duros de austeridad sin matar el crecimiento en países como Grecia o el suyo?
Es posible. Bruselas prevé que en 2012 crezcan nuestro empleo, nuestras exportaciones y las inversiones. La economía irlandesa es resistente y robusta. Irlanda ha devaluado efectivamente un 10 por ciento, como he dicho que muestra nuestro deflactor del PIB. Y el proceso de devaluación continuará el año que viene. Los sueldos seguirán bajando, lo que eliminará presiones en muchos precios. La estretagia es dolorosa pero funciona.
¿Estados como Grecia tienen que aprender de Irlanda?
Es difícil comparar. Irlanda es muy fuerte en sectores industriales como los dispositivos médicos, tecnologías de la información y la comunicación, Internet y en software, lo que nos ayuda a tener exportaciones muy competitivas. Otros países no tienen estas ventajas. Estamos en una categoría diferente.
Su paro se mantendrá alto.
2011 será el primer año en el que crezca el empleo. No rebotará con fuerza hasta que el crecimiento sea más sólido. Una recuperación basada en la exportación no es tan rica en empleo como un crecimiento interno. Por eso es importante reestablecer la confianza internacional y nacional en nuestra economía. Mucha gente está ahorrando para pagar deudas en lugar de gastar, y eso deprime la economía.
Y debemos tocar fondo en el sector inmobiliario y en la construcción. Para recuperar la economía doméstica, la actividad y la demanda interna es vital la reestructuración que hemos realizado del sector bancario para que facilite financiación.
¿Por qué, pese a tener que haber sido rescatada, Irlanda tiene menos paro y el año que viene crecerá más que España?
No soy un experto en la economía española. Muchos de nuestros ajustes ya se han hecho, como las bajadas de los sueldos en el sector público y en el privado. Y hemos puesto en marcha muchas reformas estructurales. La banca -con un enorme coste para los contribuyentes- ha sido sometida a test de estrés con los niveles absolutos internacionalmente más elevados; mucho más elevados que los que se están aplicando en cualquier otro país europeo. Nuestras hipotecas han sido sometidas a los test de estrés más rigurosos. Y la revolución es lo ocurrido con nuestras exportaciones que, tras años menguando, han crecido un 9 por ciento en 2010. No quiero comentar lo que pasa en España, pero en nuestro caso se han hecho muchas reformas y empiezan a dar frutos, aunque nos quede aún mucho por hacer.
¿Subirán su impuesto sobre sociedades como reclama Francia antes de, a cambio, bajarles los intereses de los préstamos del plan de rescate?
Hay un consenso internacional generalizado en que para impulsar la recuperación, especialmente vía la exportación, los dos tributos que no hay que subir son el impuesto sobre los beneficios empresariales, y los impuestos sobre el empleo como las cotizaciones de las empresas por sus empleados a la seguridad social. Y nuestra estrategia es que no incrementaremos ninguno de ellos. Además, hace falta certidumbre y continuidad de la política fiscal emprendida.
Irlanda es probablemente única en Europa. La mitad de nuestra base industrial y el 90 por ciento de nuestra exportación son de compañías extranjeras. Para pagar nuestras deudas, necesitamos una recuperación basada en la exportación. Lo que más dañaría a las empresas que queremos que inviertan y mantengan su compromiso con Irlanda sería decir que vamos a cambiar nuestra política sobre Sociedades. Sería una locura. Irlanda no puede abandonar su estrategia fiscal sensata a favor del empleo y del crecimiento.
¿Por qué el resto de Europa está bajando sus impuestos de sociedades? Porque quieren que crezcan las oportunidades para el empleo. Nosotros hemos sufrido una caída del 20 por ciento del empleo en el sector privado. En la zona euro, aparte de Grecia y España, somos los que tenemos el mayor desafío en este área con un 14 por ciento, casi un 15, de personas desempleadas. Dos tercios de nuestros jóvenes están emigrando. La UE y el FMI nos apoyan y nos piden subir otros impuestos. Subir Sociedades sólo nos lo piden países pendientes de sus propias políticas internas.