
La falta de financiación por parte de las entidades ha hecho que muchos ciudadanos pongan en marcha su imaginación para obtener el dinero necesario para hacerse con una casa. En EEUU, una de las fórmulas que está calando es la de los préstamos entre particulares.
Los bancos tiene estrictas condiciones a la hora de conceder un préstamo y, tras la crisis de las subprime, encajar en el perfil de candidato a una hipoteca se ha hecho más difícil para un número creciente de personas.
Por ello, se está recuperando con éxito una estrategia que ya se utilizaba en los años 80: los préstamos entre particulares. Según explica Bloomberg, en muchas regiones los embargos están a la orden del día, y se suman con un desempleo endémico y currículos de pagadores poco atractivos para los bancos.
Rápido crecimiento
Michigan es una de las regiones estadounidenses donde este escenario se reproduce tal cual. Con una tasa de desempleo del 10,3%, por encima de la media nacional del 9%, se sitúa a la cabeza en la publicación de anuncios de financiación particular en todo el país, según los datos del portal inmobiliario Trulia.com. Por detrás se sitúan Florida, Ohio, California, Wisconsin, Minnesota y Texas, donde para muchos se ha convertido en la única opción de realizar una operación de este tipo.
"Siempre que el mercado inmobiliario esté en problemas, la gente encuentra la forma de hacerlo funcionar", afirma el profesor de la Universidad de Michigan Dennis Capozza, quien compró la casa embargada de un amigo hace dos años para revendérsela a plazos.
Y no es el único caso. Cerca de 53.000 viviendas cambiaron de manos utilizando algún tipo de acuerdo de financiación entre particulares en 2010, lo que representa un aumento del 56% desde 2008, indican desde Realtors Property Resource, una filial de de la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios, en base a datos oficiales.
Así, el auge de estos contratos en innegable incluso a pesar del riesgo que conllevan, tanto para el comprador como para el vendedor. "Cada uno de ellos busca una obtener alguna ventaja en una situación difícil y esperan que todo salga según lo previsto. Es un acto de fe", indica un experto inmobiliario a Bloomberg.