
Mientras el destino de Grecia se asimila cada vez más al de Argentina e Irlanda y Portugal lidian con sus respectivos rescates, analistas de medio mundo consideran que España no ha conseguido desacoplarse del crudo destino de otros países periféricos en la Unión Europea.
Sin embargo, los expertos financieros de Canadá, uno de los países que ha permanecido inmune a la crisis financiera que desbarató los pilares del capitalismo en 2008, creen que se "subestiman" los riesgos que todavía amenazan a la economía española.
"Consideramos que la reestructuración de la deuda española no es inminente, pero creemos que el consenso actual de que España se ha desacoplado de Grecia, Irlanda y Portugal subestima los riesgos que enfrenta el país", aseguraron en un informe Angelo Katsoras y Pierre Fournier, analistas geopolíticos de National Bank Financial, una de las entidades bancarias más importantes de Canadá.
Es cierto, que España, la duodécima economía más grande del mundo y la cuarta más importante de la Eurozona, cuenta con un porcentaje de deuda pública, en estos momentos alrededor de un 62% respecto al PIB, mucho menor que otros países como Grecia, y que el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero ha implementado medidas de austeridad fiscal, sin embargo, nuestro país sigue enfrentando retos económicos y geopolíticos.
Estancamiento inmobiliario
La lista ya la conocemos muchos españoles e incluye entre otros un comatoso mercado inmobiliario, un sector bancario frágil, una fuerza laboral no competitiva, una descomunal deuda privada, un crecimiento anémico e incertidumbre política.
Ambos analistas repasan algunos de los datos económicos más relevantes como, por ejemplo, una tasa de paro que alcanza ya el 21,3% en el primer trimestre de 2011, más del doble de la media en la eurozona. La economía sumergida supone un 20% de nuestro PIB, por lo que la tasa de paro para los jóvenes por debajo de los 25 es del 43,5%. Al mismo tiempo, el 35% de este grupo carece de educación universitaria.
Para Katsoras y Fournier si el Banco Central Europeo continúa subiendo los tipos de interés, el mercado inmobiliario español volverá a morder el polvo puesto que buena parte de las hipotecas están ligadas al Euribor y tienen un tipo de interés variable.
Por supuesto, en el caso de necesitar un rescate, nuestro país requeriría una ayuda financiera superior a la de Irlanda, Grecia o Portugal, como ya sabemos. La cifra rondaría los 350.000 millones de euros por lo que un hecho de tales precedentes "no sólo limitaría a la Unión Europea en su conjunto, sino que podría derivar en consecuencias políticas sin precedentes y protestas por parte de los ciudadanos de los países acreedores", señalan ambos expertos.
"Históricamente el número de países que han conseguido superar problemas de deuda y competitividad sin llevar a cabo una devaluación de su divisa o una reestructuración de su deuda es mínimo o casi inexistente", afirma el informe.
Grecia es Argentina y ¿España?
Por otro lado, un informe firmado por David Mackie y Nicola Mai, analistas de JP Morgan, apunta que Grecia sufre cada vez más presión por no correr la misma suerte que Argentina y finalmente tener que llevar a cabo una reestructuración inminente pese a la ayuda recibida de la UE y el FMI.
Dejando de lado este asunto, de enorme candencia estos días, los expertos de JP Morgan se preguntan cual será el impacto de una reestructuración para los países periféricos, es decir Portugal, Irlanda y España.
"Todos estos países, incluidos España, enfrentan una ardua aventura fiscal en el futuro para reestablecer sus posiciones de deuda sin tener que sufrir impagos significativos", apuntan Mackie y Mai. "Deben demostrar que son capaces de lograr algún tipo de superávit para convencer a los mercados financieros que son solventes", asegura el informe, que determina que el camino será "doloroso".
Dicho esto, un pequeño optimismo se desprende del documento donde se afirma que en el caso particular de España, el país parece continuar con "su modesto pero constante" crecimiento económico, algo esperanzador si se tienen en cuenta las medidas de austeridad y consolidación fiscal emprendidas durante el último año.