
El alemán Klaus Regling, consejero delegado del mecanismo europeo de rescate de países del euro al borde de la quiebra, ha acusado a la banca y a los medios de comunicación de "impulsar el debate" sobre la necesidad de que Grecia reestructure su deuda pública. Una reestructuración de terciopelo de para Grecia.
"Los bancos saben que pueden ganar mucho dinero ayudando a poner en marcha tal operación", ha asegurado Regling en una entrevista publicada por el rotatito galo Les Echos, quien añade que los bancos "se acuerdan de las comisiones muy elevadas que recibieron en los años noventa en América Latina y en Asia".
Regling calcula que alrededor del 10% del plan de rescate de Portugal, que negocian en Lisboa los expertos de la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE), irá a parar a la banca portuguesa.
Puesto que el liberal finlandés Olli Rehn, comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, predijo hace quince días que la intervención estará dotada con unos 80.000 millones de euros de préstamos, la parte de la inyección que para reflotar el país que se destinaría a sus bancos sería de unos 8.000 millones.
España y sus cajas de ahorros
Regling también ha aprovechado para diferenciar a España de los países europeos que habrían quebrado si la UE no los hubiera rescatado.
Interrogado sobre si los próximos resultados de los test de estrés europeos no aumentarán la desconfianza de los mercados ante España, asegura: "No veo un gran riesgo. El ratio de la deuda española es 20 puntos inferior al de Alemania, 60 frente al 80% del Producto Interior Bruto (PIB)".
Y añade: "Incluso si aceptamos los cálculos más alarmistas, el dinero que podría resultar necesario para apoyar al sector bancario español no debería superar el 10% del PIB. Nada que ver con el 30% que necesitó el salvamento del secto bancario irlandés".