
Es curioso que la ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, anuncie en el Congreso a bombo y platillo su encuentro de hoy con inversores estadounidenses, además de su visita a la Reserva Federal de Nueva York y, posteriormente, su equipo cierre las puertas a cualquier tipo de información sobre este viaje relámpago a la Gran Manzana. La ministra está acompañada por Miguel Ángel Fernández Ordóñez, el gobernador del Banco de España.
elEconomista ha intentado ponerse en contacto con las distintas partes implicadas, pero nadie ha ofrecido ningún detalle sobre la agenda de los presentes. Desde el departamento de comunicación de Jose Manuel Campa, secretario de Estado de Economía, sólo han afirmado que el desayuno con inversores era "tempranísimo" pero, sin embargo, dijeron no tener datos sobre los asistentes a la reunión.
La Oficina Comercial de España en la Gran Manzana ha sido la encargada de hacer los honores y cerrar las distintas citas que tendrán lugar en Manhattan.
Desde la Reserva Federal de Nueva York confirman que los funcionarios españoles acudirán a una reunión en el edificio situado en el 33 de Liberty Street pero no se pronuncian sobre si se tratará de un almuerzo o un simple encuentro con el presidente del banco central de la región, William Dudley. Quien por cierto habló esta mañana en la Cámara de Comercio de Queens sobre las perspectivas económicas de EEUU.
¿Con qué inversores se darán cita?
Por su parte, algunos de los fondos de inversión que han mostrado interés en hacerse con acciones de algunas cajas españolas, como Cerberus Capital Management o Blackstone Group, han declinado hacer declaraciones al respecto o han remitido la petición a las oficinas londinenses, donde no se recibe respuesta alguna. Otras fuentes aseguran que en el desayuno "sólo estarían presentes inversores de gran calado como Soros o Paulson" aunque, de momento, no se ha podido confirmar este hecho de forma oficial.
Parece que el equipo económico del Gobierno es especialista en tirar la piedra y esconder la mano. Caber recordar que la última visita del presidente José Luis Rodriguez Zapatero a Nueva York el año pasado, con un carácter similar a la de Salgado de hoy, no obtuvo resultados contundentes.
Por aquel entonces los grandes inversores de Wall Street salieron defraudados de su encuentro con Rodríguez Zapatero, que intentó explicar las bondades del plan de ajuste para reducir el déficit, un discurso lleno de vaguedades y sin novedad alguna.
De hecho uno de los invitados al encuentro dijo a elEconomista que "el discurso del presidente del Gobierno no pasó de una exposición edulcorada y diplomática" y apuntó que España se encontraba en una situación delicada y por eso "rezaban mucho por ella". Desde entonces, seguimos enfrentándonos a rebajas de calificación y la transparencia e información brillan por su ausencia.