La apuesta empresarial llega hasta condiciones laborales distintas para los trabajadores y los sindicatos quiere más participación
MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
Las negociaciones para la reforma de la negociación colectiva entre CEOE y sindicatos se han atascado fundamentalmente por el desacuerdo sobre los mecanismos para dotar de mayor flexibilidad interna a las empresas y los niveles de participación de los sindicatos en la toma de decisiones sobre las condiciones de trabajo, según fuentes próximas a la negociación.
La reforma de la negociación colectiva debe estar lista antes del 19 marzo para que el Gobierno no tome la iniciativa y legisle, pero las negociaciones "marchan más lentas de lo que estaba previsto", según las mismas fuentes, que señalan que en estas circunstancias se intensificarán los contactos durante al próxima semana.
Según un documento fechado ayer al que ha tenido acceso Europa Press, uno de los mayores escollos radica en que los empresarios quieren que las modificaciones temporales de las condiciones de trabajo puedan adoptarse de manera unilateral por el empresario y que la participación sindical se reserve para aquellos cambios de carácter permanente.
Además, los empresarios quieren que, en caso de desacuerdo en materia de modificación sustancial de las condiciones de trabajo o en cuestiones de descuelgue se imponga un arbitraje obligatorio para los trabajadores y voluntario para el empresario.
Otro punto de fricción radica en la demanda de los empresarios de que se posibilite que los trabajadores cuenten con diferentes condiciones laborales pese a compartir el mismo convenio colectivo.
Frente a estos postulados, las centrales supeditan ampliar la flexibilidad en el seno de las empresas a que se mejoren los mecanismos de participación en la toma de decisiones y defienden que esta orientación ya se incorpora en forma de previsiones y de compromisos en el Acuerdo Interconfederal para la Negociación Colectiva 2009-2012.
Pero sobre todo, los sindicatos consideran que aumentar la capacidad de los empresarios para aplicar discrecionalmente las medidas de flexibilidad vulnera el acuerdo social firmado con el Gobierno el pasado mes de febrero, mientras que la posibilidad de que haya un arbitraje obligatorio para trabajadores y voluntario para empresarios va directamente contra los derechos constitucionales.
DE LA ULTRAACTIVIDAD A LA NEGOCIACION INDIVIDUALIZADA.
Según las mismas fuentes, no existe ninguna posición común en esta materia, como también persisten las divergencias en materia de ultraactividad (la prórroga automática de los convenios cuando no hay acuerdo sobre su renovación).
Al respecto, los sindicatos defienden que el principio general para la dinamización de los convenios colectivos debe ser "impulsar el deber de negociar". Para ello, proponen, primero, abrir la negociación colectiva antes de la expiración de la vingencia de los convenios, y que en caso de que no se alcancen acuerdos en un tiempo razonable, "o de bloqueo o de obstrucciones", se establezcan mecanismos de "aplicación gradual".
Por su parte, la patronal apuesta por suprimir de entrada la ultraactividad de los convenios y por prorrogarla solo por un tiempo determinado para dar tiempo a la negociación. En caso de no alcanzar acuerdo alguno, propone acudir al arbitraje, si existiera una acuerdo previo, y, en su defecto, dejar que el convenio decaíga y dar paso a su inclusión en un nivel superior o establecer las condiciones de trabajo a título individual.
En cuanto esta última cuestión, los sindicatos recalcan que "lo que no procedería es reformar la anterior legislación para establecer que, terminada la vigencia del convencio colectivo, determinadas materias como salarios o la distribución de jornadas queden como derechos individuales".
EL PAPEL DE LOS CONVENIOS DE EMPRESA.
Por otr lado, las partes no se ponen de acuerdo sobre cuál debe ser el papel de los convenios de empresa. La propuesta sindical considera que deber ser un convenio estatal, o en su defecto autonómico, el que asegure los preceptos legales ya establecidos.
Así, proponen que la negociación colectiva quede formalmente articulada a un convenio sectorial de aplicación pudiendo reservar a la empresa "la negociación de aquellas materias o contenidos cuya negociación sea más adecuada en ese nivel".
Por contra, la patronal cree que es necesario "garantizar la fexibilidad y la adaptabilidad de las condiciones de trabajo en las empresas", y, en este sentido, apuesta por que se permita "el descuelgue en la empresa sin limitaciones".
Así las cosas, la posición empresarial defiende que el convenio sectorial estatal tenga solo un papel de fijación de procedimientos y de estructura pero no de regulación de condiciones de trabajo, mientras que el convenio colectivo sectorial inferior sea el que recoja las condiciones laborales. De este modo, se asegura la prevalencia del convenio de empresa.
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